La quiebra, hace un mes, de la aerolínea Monarch ha provocado la pérdida del 9,3% de las plazas que integraban la oferta regular entre Gran Bretaña y Canarias. En términos absolutos, el Archipiélago se ha quedado sin 670.000 plazas aéreas y 520.000 visitantes, según los datos ofrecidos ayer por la directora gerente de Promotur, María Méndez. Las Islas acuden a la World Travel Market de Londres -del lunes al miércoles de la semana próxima- "sin catastrofismo", pero en el contexto de la desaparición de la compañía británica y la inestabilidad que pueda aportar el avance de la negociación del brexit.
El objetivo es recuperar todos esos asientos, algo que se podría conseguir incluso antes de que concluya la temporada de invierno recientemente iniciada, según estiman la propia Méndez y el consejero de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Isaac Castellano. Según explicó la primera, las compañías aéreas susceptibles de rellenar ese hueco se "están tanteando". Es decir, se vigilan y diseñan estrategias para todos los escenarios partiendo cada una desde su propia idiosincrasia.
La responsable de la promoción del destino canario puso dos ejemplos: Easyjet "planifica con mucha antelación" y Ryanair es capaz de introducir cambios con "mucha más rapidez". Y con todas hablan los dirigentes del turismo en las Islas, incluidas "British Airways, TUI UK, Thomas Cook o Jet2", aerolínea esta última que ha incrementado su oferta para volar desde el Reino Unido en "un 87,6%" o, lo que es lo mismo, "213.757 plazas", detalló Castellano.
Si Méndez apuntó que no hay motivo para el catastrofismo, es porque el mercado alemán ya ha cubierto por sí solo el hueco dejado por Monarch, con un incremento de la oferta de plazas para volar a Canarias que supera el 9%.
Suben las reservas
Además, apuntó Isaac Castellano, "las reservas de paquetes turísticos para este invierno" por parte de los turoperadores británicos, se han elevado "un 2%"; una aparente contradicción que se explica porque en este segmento plenamente controlado por los turoperadores cobran notable protagonismo los vuelos chárter, no afectados por tanto por la desaparición de la cuarta o quinta compañía en importancia para las Islas.
Hasta ahí las buenas noticias en un contexto que genera dudas por vez primera en mucho tiempo. A la salida del mercado de Monarch se unen otras circunstancias que, al menos de inicio, se presentan como lastres. La primera es la recuperación de los destinos competidores, seriamente aquejados por problemas de seguridad. El potencial retorno a la normalidad vuelve a plantearse como una incógnita, pero el sector entiende que antes o después será el momento de demostrar en qué medida las Islas han sido capaces de fidelizar el turismo prestado desde 2011.
Los otros dos factores que se concretan en nubarrones para el horizonte del negocio alojativo beben del brexit, la desconexión de Reino Unido del proyecto europeo. Por un lado, la lógica retracción de los viajeros ante el encarecimiento de las vacaciones en las Islas que se deriva de la pérdida de valor de la libra. Por otro, el avance del diálogo para la concreción de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE) tiene que llegar antes del próximo verano al capítulo en que se definirá el nuevo espacio aéreo. "De lo contrario, las compañías aéreas no programarán", anunció Méndez, lo que constituye una seria amenaza en el corto plazo.
Ahora bien, Canarias desembarca en la World Travel Market desde una posición de privilegio, la que le otorga haber recibido hasta septiembre 382.366 turistas británicos más que en el mismo periodo de 2016. Un incremento que, en términos relativos, se sitúa en el 10,5% y que ha ayudado a la creación de "10.000 puestos de trabajo" en el plazo de un año, según expuso el consejero de Turismo.
El despliegue en la Feria de Londres cuesta 778.000 euros -el 85% cubierto con fondos de desarrollo europeos (Feder)-, 38.000 más que el pasado año. El incremento viene explicado por la contratación de 70 metros cuadrados más de espacio y la revisión anual de precios que efectúa la propia feria. Es una cita puramente profesional por la que el pasado año desfilaron 50.000 personas. La competencia es elevada, con 660 expositores y más de 185 países que intentan arrimar el ascua a su sardina. Un terreno en el que las Islas siempre se han movido con acierto.
