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Canarias pacta infraestructuras que contradicen su propio plan turístico

Cofinancia con el Estado acciones puntuales que no responden a "una estrategia integral del espacio

Usuarios de la playa del Inglés. JC CASTRO

El Estado y el Gobierno de Canarias acaban de anunciar la firma de dos convenios para financiar una docena de infraestructuras y equipamientos de índole turística. Para ello destinarán ocho millones de euros a través de dos convenios que, en opinión de sus representantes, contribuirán a incrementar el atractivo de las Islas. La secretaria de Estado de Turismo y el consejero canario de Turismo, Cultura y Deportes, Matilde Asián e Isaac Castellano, así lo anunciaron esta semana tras la reunión celebrada en Madrid, explicando con detalle la relación de obras y municipios que se financiarán y beneficiarán con esta inversión.

Uno de los grandes retos de la legislatura que, junto a la regulación del alquiler vacacional, heredó Isaac Castellano de la anterior consejera María Teresa Lorenzo era precisamente este: impulsar las inversiones públicas en infraestructuras turísticas de las Islas. Sin embargo, el acuerdo alcanzado con el Gobierno central contradice los criterios de distribución de estos fondos del informe que elaboró la Universidad de La Laguna, por encargado del propio Ejecutivo canario y que ha servido de base para la redacción del nuevo Plan de Infraestructuras Turísticas de Canarias (Pitcan 2017-2020).

Sus redactores se marcaron como objetivo "dotar de una clara orientación turística a las infraestructuras, que deben servir de soporte al desarrollo de los productos adecuados a cada núcleo turístico". Y, de acuerdo con él, realizaron un análisis del resultado de los planes anteriores y establecieron unas prioridades. Detectaron, de entrada, que las administraciones canarias han intentado en diversas ocasiones poner en marcha planes de infraestructuras y equipamientos públicos en el sector turístico, pero no han logrado ejecutar más que "un conjunto de intervenciones puntuales, inconexas y aisladas". Y que los diferentes planes anteriores al actual no han respondido, en ningún caso, "a la necesaria estrategia integral de renovación del espacio turístico".

Inversión y competitividad

La eficacia del nuevo Plan estribaba, precisamente, en cambiar esta dinámica y lograr una priorizacion de acciones integrales, concentrándolas fundamentalmente en "los espacios turísticos consolidados del litoral". Además, el equipo de investigadores de la Universidad de La Laguna razonaba que un plan de inversiones de estas características "es de vital importancia para la competitividad del sector turístico".

Pero las inversiones pactadas no sólo contradicen el contundente informe del propio Gobierno de Canarias, sino el propio discurso de los responsables políticos en la materia.

En el anuncio de los dos convenios a suscribir, previsiblemente este mes, Asián y Castellano reconocían que "el mantenimiento y sostenibilidad de la competitividad turística de Canarias en el mercado internacional, precisa de un constante proceso de renovación y modernización de las infraestructuras de los principales destinos y enclaves turísticos del Archipiélago". Pero ni son turísticos la mayoría de municipios que se beneficiarán de esta financiación inicial, ni los proyectos tienen por su alcance limitado suficiente calado renovador. Así, ni Adeje, Arona, Puerto de la Cruz, Pájara, San Bartolomé de Tirajana y la mayoría de quince municipios calificados de "turísticos" en el propio Pitcan 2017-2020, según el criterio del número de plazas alojativas en relación a su población, están incluidos en este listado. Sólo Mogán figura como uno de los grandes municipios turísticos de las Islas en las obras pactadas por Canarias y el Estado, para financiar "la rehabilitación de escaleras en la urbanización turística de Puerto Rico".

El nuevo Pitcan parte además de una concepción de "territorio turístico" que liga lo urbanizado con los recursos propios de cada espacio. Y, desde esta premisa, diferencia en cada una de las islas sus áreas turísticas, en las que se concentran las pernoctaciones, de sus zonas de interés turístico, entendidas como lugares de visita. Es decir, entre municipios turísticos y municipios con atractivos turísticos.

¿El turismo va solo?

Capítulo aparte representa la financiación del Plan de Infraestructuras Turísticas de Canarias, que quedó recogido ya en el REF de 1994, obligando al Estado a dotar una partida de sus presupuestos a la mejora de los espacios públicos de las principales áreas turísticas de las Islas. Comenzó a aplicarse en 1997, con partidas crecientes a partir de entonces, complementadas con financiación autonómica. Y entre los años 2003-2007, su financiación aumentó hasta alcanzar los 122 millones de euros. El Estado mantuvo su aportación hasta el 2012 en 50 millones, pero a partir de esta fecha los recortes presupuestarios que sufrió Canarias a consecuencia de la crisis hicieron prácticamente desaparecer el Plan de Infraestructuras Turísticas y el Plan Especial de Empleo.

Para 2017, el Gobierno de España se comprometió a recuperar la financiación del Pitcan, junto a la mejora general que sufrieron otras partidas canarias gracias al apoyo de los nacionalistas a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Aún así, Coalición Canaria y Nueva Canarias pusieron el acento en otras inversiones, sobre todo al transporte. Y el turismo volvió a quedar relegado tanto en las cuentas estatales como regional: la inversión en infraestructuras turísticas se limitó a siete millones, sin que se aceptaran enmiendas para mejorarla.

Ahora, los Gobiernos central y canario han vuelvo a pactar una una cantidad simbólica: ocho millones de euros frente a los cien millones del plan anterior. Fuera de este plan y solo como referencia, baste señalar que la inversión de la nueva plaza de San Mateo, cuyo proyecto se acaba también de anunciar, asciende a la misma cantidad destinada al conjunto de infraestructuras turísticas: ocho millones de euros. Una cantidad muy elevada para una "emblemática" plaza del pueblo (financiada con hasta seis millones por el Fondo de Desarrollo de Canarias), pero claramente insuficiente para contribuir a la renovación turística de los espacios públicos que comparten visitantes y residentes en los principales destinos de las Islas.

Sorprende, pues, la escasa ambición con que ambas administraciones se disponen a afrontar la renovación del sector turístico canario, sometido a un alto grado de deterioro en algunas zonas de sus principales destinos, justo en el momento en que Canarias comienza a "recibir la financiación que le corresponde" en los Presupuestos Generales del Estado, según ha afirmado el propio presidente del Gobierno de Canarias.

En la presentación parlamentaria de las cuentas canarias, la oposición criticó la escasa partida al turismo (97 millones, cuatro de ellos para infraestructuras) e Isaac Castellano defendió el incremento del 19% y lo justificó por la necesidad de cubrir otras necesidades sociales. Pero la realidad es que el turismo, que "no va solo" como insiste la Organización Mundial del Turismo, no alcanza a tener la equivalencia política a su peso económico en la foto presupuestaria.

Bien es verdad que los representantes más influyentes del propio sector solo parecen dispuestos a dar la batalla presupuestaria para lograr una bajada de impuestos. No se les oye reivindicar cómo la misma unanimidad, constancia y fuerza la mejora de los espacios públicos en los que se ubican sus negocios, y que ellos debieran cofinanciar según recomienda la ULL. Magaluz es el mejor ejemplo de renovación de éxito de un destino maduro gracias al entendimiento público-privado. Una cofinanciación que, en Canarias, aún brilla por su ausencia.

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