La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Canarias: hundimiento y recuperación económica

La región retorna a los niveles de consumo, de ventas y de actividad previos a la crisis

Canarias: hundimiento y recuperación económica

En Canarias ya hay más personas trabajando que en cualquiera de los ocho años anteriores. El número de parados se ha reducido al más bajo desde 2008. E incluso nueve de cada cien nuevos contratos son indefinidos, un porcentaje que podría parecer pequeño pero que, sin embargo, es el más alto en ocho años.

Los indicadores relacionados con el mercado laboral son de los que mejor muestran cómo la economía de la Comunidad Autónoma transitó desde el hundimiento de los años más duros de la crisis (2010-2013) hasta el actual momento de auge. Pero no son los únicos. También el consumo de energía, las ventas de vehículos, la creación de empresas o el gasto de las familias, entre otros muchos, constatan el florecimiento económico de la región, que incluso se hace notar ya en los sectores inmobiliario y de la construcción, de los más depauperados por el largo período de estrecheces.

Las grandes cifras, en definitiva, o están ya como en 2007 o se aproximan cada vez más. Y, sin embargo, esta patente recuperación no es capaz de doblegar la sensación de que la crisis no ha terminado y de que hay más pobreza, una sensación que persiste en las calles del Archipiélago. Dos hechos en apariencia contradictorios que, no obstante, tienen en su explicación también la solución. ¿Qué explica que la economía de las Islas haya despegado definitivamente sin que desaparezca esa sensación de crisis entre muchos ciudadanos? Los salarios. ¿Y dónde está la clave para reconciliar a esas personas con los grandes números? En los salarios. Este es el doble motivo que ha llevado al presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, a ser cada vez más insistente en que ha llegado la hora de que las empresas suban los sueldos, consciente de que esta es la vía para que toda la sociedad se suba al carro de una recuperación que, por otra parte, es evidente. Sin olvidar, eso sí, que hay sectores más o menos representativos del tejido productivo insular que difícilmente podrán ser lo que fueron antes de octubre de 2007, cuando aquel capítulo de las hipotecas subprime o basura dio el primer golpe a la economía mundial. Porque, pase lo que pase, "al 2007 no vamos a volver nunca", subraya Fernando Redondo, expresidente del Consejo Económico y Social (CES), que recuerda que mientras las instituciones y los ciudadanos miraban al PIB, el paro o la inversión pública, la sociedad no dejó de experimentar cambios.

Un ejemplo claro es el del sector bancario, que entre 2008 y 2016 perdió en toda España unos 80.000 empleados por los numerosos cierres de oficinas. Una reducción de la red de sucursales propiciada no tanto por una merma en el negocio como por la innovación y, en resumen, la cada vez mayor presencia de la banca electrónica. Y otro ejemplo es el de la construcción. Entre enero y agosto de este año se contabilizaron en las Islas 762 edificios de nueva construcción, la cifra más alta en el período de los últimos nueve años y, sin embargo, una cantidad aún irrisoria si se tiene en cuenta que en 2007, cuando estalló la burbuja inmobiliaria, casi llegó a 4.400.

Dos ejemplos que ponen de manifiesto, por un lado, las "rapidísimas transformaciones" a que dan lugar las crisis y cómo hay sectores que no volverán a generar el empleo que generaban; y, por otro, hasta qué punto la tecnología ha venido transformando en profundidad sectores como el financiero sin que la sociedad, concentrada en el complicado día a día de los años más duros de la recesión, fuese consciente de ello. En consecuencia, ya no se trata únicamente de que se haya salido más o menos de la crisis, sino de que "estamos en otra historia", apunta Redondo, una historia en la que la gente no va tanto a las oficinas bancarias -que, por tanto, emplean a menos personas-, en la que los hogares y las empresas han reducido vertiginosamente su deuda con las entidades financieras -se han desendeudado en 22.500 millones de euros desde 2008- y en la que, en términos más simples, se oye más música que nunca pero apenas hay tiendas de discos, con lo que ello ha supuesto para quienes trabajaban en el final de la cadena de la industria musical.

Más actividad empresarial

En cualquier caso, la economía canaria ha sido capaz de dar con su particular fórmula para reactivarse, cumpliendo así esa lógica del sistema en virtud de la cual este siempre encuentra maneras de reproducirse, tal como recuerda José Ángel Rodríguez Martín, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna (ULL). Hay más empleo, menos paro, más consumo, más gasto familiar, más empresas y hasta más empresas con plantillas que superan los 500 trabajadores. Lo que no hay, sin embargo, son unos salarios acordes con el auge económico, de ahí la petición pública de Clavijo en la que coinciden los expertos.

Tanto el expresidente del CES como el catedrático de la ULL sostienen que, efectivamente, ha llegado el momento de mirar a los sueldos y de paliar así las consecuencias de un crecimiento económico en el que las rentas empresariales han ganado peso en el PIB en detrimento de los salarios. La propia Comisión Europea ha pedido públicamente a España que "acelere" en la subida de los sueldos, lo que "aseguraría" la expansión económica. "Es la parte que nos falta; hemos engordado y ahora hay que repartir", subraya Fernando Redondo. "Las formas de crear valor han cambiado, manteniendo e incrementando la desigualdad", ahonda Rodríguez Martín, que también apuesta por empezar a reequilibrar cuanto antes la relación entre los salarios y el capital, o lo que es lo mismo, entre los trabajadores y las empresas. En otras palabras: ahora cuando la vaca ha vuelto a engordar y recuperar la salud, ha llegado el momento de que la leche se distribuya más equitativamente.

Y lo cierto es que la vaca parece sana, según algunos indicadores incluso muy sana. El consumo de energía, un claro indicador de actividad, rozó el año pasado los 8,2 millones de megavatios-hora, el nivel más alto desde 2012. El consumo de cemento superó las 500.000 toneladas por primera vez también desde 2012, el ejercicio en que la economía tocaba fondo. Las hipotecas suscritas entre enero y agosto de este año fueron casi 13.000, una cantidad aún lejos de las de los años de bonanza pero la más alta del último lustro. Los ahorros bancarios -en depósitos- de familias y empresas superan por primera vez, y ampliamente, los 27.000 millones de euros. Las ventas de coches llegaron en 2016 a 58.380, el máximo en nueve años. Y el gasto medio por hogar es de 23.638 euros anuales, el techo en cinco años pero con una recuperación más lenta, ya que son 5.700 euros menos que en 2007.

Compartir el artículo

stats