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Canarias en Europa El Régimen Específico de Abastecimiento (REA)

Industria y agricultura crecen en el REA y caen los alimentos listos para el consumo

La herramienta europea para garantizar el abastecimiento de productos básicos cumple 25 años

La evolución del reparto de las ayudas del Régimen Específico de Abastecimiento (REA) denota el intento de los gobiernos regionales por impulsar la industrialización de la economía del Archipiélago y la recuperación de la actividad agrícola y ganadera. Las ayudas destinadas a los productos ya preparados para su consumo (arroz o diferentes tipos de carnes, por ejemplo) acaparaban once puntos más del total de la tarta que en la actualidad. La industria agroalimentaria -crece tres- y las materias primas (insumos) para el sector primario -ocho- rentabilizan esa merma.

No se esconden los responsables políticos canarios cuando describen los problemas que se derivan de un excesivo escoramiento de la actividad económica canaria hacia los servicios. Esa terciarización del producto interior bruto (PIB) lleva a las Islas a aparecer como la comunidad autónoma donde los salarios son más bajos y, por tanto, también la que paga las pensiones más bajas. Además, la última crisis ha puesto de manifiesto la mayor resistencia de las sociedades industrializadas a la destrucción de empresas, al paro y al incremento de los niveles de pobreza.

En 2008, los productos que desembarcaron directamente en los lineales de venta al público se llevaron un tercio exacto de los 69,15 millones de euros de que constó la ficha financiera del REA, mientras que la industria -siempre solamente agroalimentaria, la única que recibe estas ayudas- se llevó el 51% y los insumos agrarios, el 16% restante. En 2015, la suma a repartir ascendió hasta los 64 millones de euros, el peso del consumo directo descendió hasta el 22% mientras que engordaron la industria, hasta copar el 54% y las materias primas destinadas al campo canario (24%).

Los datos se recogen en El modelo económico de Canarias en la Unión Europea y su influencia en los precios de productos de alimentación, tesis doctoral presentada en el inicio del pasado verano y que mereció, a juicio del tribunal de la ULPGC, la calificación cum laude. Su autor, el doctor en Economía José Sánchez Ruano es experto en asuntos europeos y estaba en Bruselas cuando, al inicio de la década de los 90 del pasado siglo, se definió el mecanismo que garantizaba el acceso de los ciudadanos canarios a los productos básicos para la alimentación.

"Antes [el REA] estaba más destinado a productos de consumo directo como leche líquida, mantequilla, quesos...", constata. Continúa existiendo ese perfil de producto receptor de ayudas pero la cantidad que acapara es menor. Antes de la entrada en vigor del REA -julio de 1992, por lo que acaba de cumplir 25 años- era fácil encontrar en el mercado canario "galletas alemanas o caramelos ingleses", cita a modo de ejemplo Sánchez Ruano. Eran mercancías que contaban con restituciones, es decir, subvenciones que se abonaban a los productores de los países miembros de la UE con el fin de abaratar el precio final y que pudieran así vender a otros países.

"Eso se quitó con la idea de que entrase azúcar vía REA y hacer aquí las galletas y los caramelos", relata el experto en asuntos de la UE, que también ha trabajado durante varios años como consultor en el ámbito de estos temas. Esa era la tendencia, que se fijó de manera más definitiva cuando, a partir de 2006, el Gobierno de Canarias "se hizo totalmente con el timón" del REA, apunta José Sánchez Ruano.

Cada año, la Consejería de Economía determina qué productos destinados, directamente o previa transformación, a la alimentación deben recibir ayudas y en qué cantidad. Todas esas importaciones subvencionadas deben provenir de otros estados miembros de la UE, pero no es esa la única vía de entrada para los productos del REA. El Ejecutivo canario también fija en qué proporción pueden llegar existencias desde terceros países. Estas importaciones no reciben ayudas económicas, pero están exentas del pago del arancel aduanero.

Pollo y carne de bovino

Por esta última vía entran productos como el pollo congelado -procedente en su mayor parte de Brasil- y la carne de bovino, también congelada, desde diferentes puntos de Sudamérica. "Resulta mucho más barato traer la carne de Brasil sin pagar arancel que desde Madrid con ayuda y arancel", explica el doctor en Economía.

Tener en sus manos la decisión de configurar el REA, posibilita que el Gobierno autónomo se acerque al objetivo de utilizar en parte esta herramienta para generar industria en el Archipiélago. De tal manera que "podríamos decir que casi el 80% está dedicado hoy a la industria y a los insumos agrícolas" reseña el autor de esta tesis doctoral, el primer trabajo que reúne los números de los 25 años de vida del REA para facilitar su análisis. Por ejemplo, para comprobar que al inicio se contemplaban ayudas para la entrada de carne de cerdo, pero "el Gobierno consideró que había posibilidades de desarrollo de este producto aquí" y lo sacó de la lista.

Por otra razón, también desaparecieron del REA los animales vivos, que pasaron a formar parte de otra parte del Poseican. Porque el REA es parte de la PAC y dentro de esta se encuadra en el Poseican, el programa de acciones específicas diseñado para paliar las desventajas que, derivadas de la distancia con el continente, lastran al sector primario de las Islas. En otras palabras, como Canarias no iba a poder disfrutar de la totalidad de las políticas recogidas en la PAC, se diseñó un traje a medida tendente a igualar sus condiciones con las del resto del territorio UE a pesar de su especial situación geográfica.

Para el periodo presupuestario europeo 2014-2020 en el que estamos actualmente, el Poseican cuenta con una cantidad máxima anual asignada de 127.300.000 euros. El REA también tiene su máximo, el 57,11% de dicha cantidad, que vienen a ser en valores absolutos 72.700.000 euros.

A la vista de los datos puede concluirse que el abastecimiento en las Islas está plenamente garantizado con esta herramienta, ya que en 2015, último año reflejado en la tesis elaborada por Sánchez Ruano, el REA sumó 64.018.678 euros; a más de ocho millones, por tanto, del nivel que podría marcar el inicio de estrecheces.

Las fluctuaciones desde 1992 han sido intensa. De hecho, el presupuesto actual es prácticamente la mitad del marcado para 1993 (126.131.551). "Ha bajado por muchísimas razones", apunta José Sánchez Ruano para indicar la inexistencia de una única causa que determine la caída. Entre los cambios está la salida de la lista de productos que han dejado de considerarse esenciales para el consumo. Es el caso del vino de mesa, que llegó a suponer alrededor de cinco millones de euros anuales..

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