Un total de 34.500 canarios se fueron el año pasado a trabajar a otras comunidades autónomas, otras 29.600 personas vinieron al Archipiélago por ese mismo motivo. Pese al saldo negativo de 4.800 profesionales los canarios se sitúan, junto con Galicia, a la cola de la movilidad interprovincial. Mientras el pasado año en España esta tasa alcanzó el 13,2%, la mayor de su historia, en el Archipiélago se situó en el 4,1%, a penas dos décimas más que el año anterior. Ratios muy alejados del 24,7% de La Rioja o el 21% de Castilla-La Mancha.

Por provincias, Las Palmas es la que registró la tasa de movilidad interprovincial más elevada (6%), mientras que en Santa Cruz de Tenerife fue el 5,7%. Muy lejos de otras provincias peninsulares como Cuenca, Guadalajara, Toledo, Huesca y Lleida que alcanzaron por encima del 25%, las más elevadas de España. La ubicación geográfica y la mayor dificultad para desplazarse influyen de manera directa en la disponibilidad de los canarios para hacer las maletas aunque sea con la promesa de un empleo, una predisposición que suele reflejar anualmente las ratios más bajas.

En el conjunto del país se firmaron el pasado 2,63 millones de contratos que implicaron traslados a otra provincia, un 10,2 % más que el año anterior, cuando se registraron 2,38 millones. Y es que los contratos de este tipo acumulan ya cuatro años de crecimiento consecutivo. Entre 2001 y 2007, pasaron de 1,4 a 2,2 millones, la tercera cifra más alta de toda la serie, sólo superada por los datos de 2015 (2,3 millones contratos) y 2016.

El 22,4% de los contratos de agricultura implicó ese año movilidad del trabajador a otra provincia, aún por encima de los sectores de construcción (16,1 %), servicios (11,5 %) e industria (10 %), subraya el informe elaborado por de Randstad.

Madrid continúa siendo la provincia más receptora de profesionales, con un saldo positivo de 219.000, seguida de Barcelona (73.000), y Baleares (48.000).