El Tribunal Supremo considera al expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, fallecido el pasado 19 de julio, responsable civil subsidiario de los 9,3 millones de euros defraudados por el uso fraudulento de las tarjetas black de la entidad financiera. El alto tribunal confirma la sentencia dictada por la Audiencia Nacional contra él, por lo que se procederá a la venta de sus bienes ya embargados, si fuese necesario, para recuperar dicha cantidad.

En un auto, la Sala de lo Penal ha hecho firme la parte correspondiente al expresidente de Caja Madrid de la sentencia dictada por la Audiencia Nacional el pasado 23 de febrero por el uso de las tarjetas opacas al fisco. Impuso una condena de seis años de prisión por un delito de apropiación indebidad y al pago, de forma conjunta y solidaria con los 65 acusados, de los 9,3 millones de euros.

Los magistrados explican que esto ha tenido lugar al declarar el recurso de casación presentado por Blesa "desierto", una vez que sus herederos no han continuado con la acción procesal.

La Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que "la acción penal se extingue por la muerte del culpable, pero (..) subsiste la civil contra sus herederos y causahabientes". De este modo, la inesperada muerte de Blesa no impedirá que sus herederos tengan que asumir la responsabilidad civil y, por lo tanto, hacer frente a las posibles indemnizaciones, a no ser que renuncien a la herencia.

El Tribunal señala al respecto que tampoco el resto de partes personadas, con excepción de la Fiscalía, "han solicitado nada al respecto".

De este modo, el Supremo comunica a la Audiencia Nacional la ejecución de la sentencia, en este caso la parte relacionada con la responsabilidad civil. Este órgano judicial es quién debe comprobar si toda la cantidad defraudada ha sido repuesta y, en caso contrario, proceder a la venta de los bienes ya embargados de Blesa.

La Sala de lo Penal aún tiene que estudiar los recursos de los acusados y acusaciones contra la sentencia condenatoria de entre tres meses y seis años de prisión por el uso fraudulento que hicieron de la tarjeta de empresa, creada en un primer momento para gastos de representación.

Suicidio

El que fuera presidente de Caja Madrid apareció muerto con un tiro en el pecho en la finca Puerto del Toro de Villanueva del Rey (Córdoba), a la que acudía con frecuencia a cazar. En ese momento se encontraba en una situación de libertad a la espera de que el Tribunal Supremo se pronunciase sobre el recurso que había presentado contra su condena por las tarjetas black.

Blesa, presidente de la caja madrileña entre 1996 y 2010, alegó en su escrito que no existe una prueba de cargo que acredite su responsabilidad en la práctica del sistema de visas a las que se cargaron más de 12,5 millones de euros entre 2003 y 2012 por parte de los 65 acusados.

Blesa sí respondió de lo que gastó, 436.688 euros que consignó en una cuenta del FROB en Bankia al inicio de la causa. Esa cantidad se sumará, cuando la sentencia sea firme, a lo que otros consejeros de Caja Madrid han aportado o se les ha embargado, y lo que no se cubra de los 9,3 millones defraudados a la entidad será completado con los bienes del expresidente como responsable civil subsidiario.

Según fuentes judiciales, el patrimonio de Miguel Blesa se compone de dos viviendas, en Madrid y El Escorial valoradas en varios millones, así como de diversos activos financieros.