La convocatoria de huelga de las camareras de piso de Canarias, las conocidas como kellys, amenaza el servicio que recibirán los más de 350.000 turistas que las Islas esperan para las fechas más señaladas. La alta tasa de ocupación prevista en jornadas como las de Navidad y Año Nuevo, de entre el 80% y el 90%, inquieta al Gobierno regional y las patronales del sector alojativo, en especial a la de Santa Cruz de Tenerife. Todas las partes señalan que hay tiempo para llegar a un acuerdo. Más aún cuando en el centro de conflicto no hay una demanda de incremento salarial.

Míriam Barros explicó ayer que lleva solo "cuatro años" trabajando como camarera de piso y ya padece un "codo de tenista". El 90% de estas profesionales no llegan a la jubilación, sino que antes deben acceder a una "pensión de invalidez", remarcó la portavoz de las kellys de Lanzarote y que lo fue de toda España hasta hace poco más de un mes. De ahí que las exigencias de Sindicalistas de Base giren en torno a prácticas empresariales que garanticen la salud de las kellys.

Esta organización de representación de los trabajadores nació como una escisión de CCOO-Canarias hace poco más de dos años. Mantiene una representación mayoritaria en el sector de la hostelería de la provincia occidental, razón que hace que sea Ashotel, patronal de Santa Cruz de Tenerife, la que a priori aparece como más preocupada por la amenaza.

La organización empresarial que preside Jorge Marichal celebró una reunión en la noche del miércoles en la que el preaviso de huelga estuvo presente. No se trataba de adoptar ninguna decisión, pero sí de mostrar la total disposición a negociar para evitar la merma del servicio a los clientes.

Barros advirtió de que no son los únicos que deben estar preocupados. Los sindicatos mayoritarios se han desmarcado del preaviso de huelga y ostentan una aplastante mayoría en la provincia de Las Palmas, lo que ha llevado la calma al seno de la patronal de la provincia, la FEHT. "Las kellys no pertenecemos a ningún sindicato", incidió la portavoz del colectivo en Lanzarote y añadió que llevaban "mucho tiempo" solicitando una huelga a todas las organizaciones de representación de los trabajadores para que las empresas adopten medidas como, por ejemplo, la progresiva sustitución de las camas actuales por otras con sistema de elevación, tal y como sentenció en 2014 el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

Según ese relato de Barros, será cada trabajadora de manera individual y alejada de las decisiones que adopte cualquier sindicato la que decida si va o no a la huelga . Ella misma anunció que Sindicalistas de Canarias y la CNT han anunciado su apoyo a la protesta y lamentó que los "sindicatos mayoritarios" no "entiendan" las demandas, en referencia a CCOO y UGT.

El Ejecutivo regional quiere evitar a toda costa que la sangre llegue al río. El encargado de pacificar las aguas es el director general de Trabajo, José Miguel González. Su departamento ya ha lanzado un guiño a las kellys vía comunicado asegurando que "la calidad de las condiciones de seguridad y salud" son tan importantes como los salarios.