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Turismo Redistribucion de los flujos de viajeros

Año clave para constatar cuántos turistas prestados ha fidelizado Canarias

Exceltur cifra en 12 millones los visitantes que España puede perder

La sucesión de récords turísticos parece tener los días contados tanto en España como en Canarias. Ya lo venían advirtiendo en diversos foros representantes empresariales y analistas del sector. Este enero, sin ir más lejos, propietarios mallorquines de cadenas turísticas líderes constataron en Fitur que los principales países competidores no sólo recuperan viajeros, sino que hay una clara apuesta de los turoperadores por derivar flujos de turistas hacia destinos menos costosos que los españoles.

Pero Exceltur ha ido más lejos esta semana, aventurándose incluso a poner cifras a la caída de turistas que se producirá por el fortalecimiento de los competidores del Mediterráneo: "Podrían ser hasta 12 millones los turistas prestados que dejen de viajar a España y lo hagan a Egipto, Turquía o Túnez", explicó su vicepresidente, José Luis Zoreda, al presentar el habitual informe de valoración del primer trimestre del año y perspectivas del segundo. De hecho, estos importantes destinos mediterráneos han recuperado ya, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), un 55%, 33% y 23% de los viajeros que perdieron en los últimos años por el impacto de los atentados terroristas.

Si los cálculos del lobby turístico no fallan, España podría volver en los próximos años a los 70 millones de turistas. Lejos de los 82 millones que registró en 2017, que le permitieron desplazar a EE.UU. al tercer lugar y ocupar el segundo lugar en el ranking mundial, por debajo tan solo de Francia. Pero ya a partir del verano del pasado año, los principales mercados de turistas extranjeros comenzaron a ralentizar sus ritmos de crecimiento hacia España y "el inicio de 2018 ha dado continuidad al cambio de tendencia de la demanda turística extranjera". Según Exceltur, se ha congelado sobre todo el número de pernoctaciones, el indicador que situó precisamente a Canarias a la cabeza de las regiones europeas (al propiciar estancias más amplias su larga distancia).

En este escenario de normalización de la competencia y redistribución de los flujos mundiales de viajeros, la pregunta que flota en el aire y a la que trata de dar respuesta el propio sector turístico en Canarias es: ¿cuántos turistas pueden perder las Islas? Y, sobre todo, ¿de qué tipo? "En enero y febrero, Turquía y Egipto aumenta un recuperaron 1,2 millones de turistas, afectando a la contratación anticipada de algunas zonas de Canarias y de Baleares", explica el análisis de Exceltur. Y añade: "Se aprecia así mismo una notable caída de la estancia, debido al mayor aumento de los destinos de interior frente a los destinos de playa (principalmente Canarias por ser su temporada alta), que moderan su aumento ante la recuperación de los destinos competidores". Este 2018 va a ser, de hecho, un año clave para constatar la capacidad que ha tenido el turismo canario para fidelizar a los turistas prestados desde 2011, cuando se registró el primer incremento significativo, hasta 2017.

Contención del crecimiento

Canarias representa cerca del 20% del turismo español, por lo que extrapolando la proyección de Exceltur a esta cifra, la caída de turistas extranjeros podría rondar en las Islas en torno a los 2,4 millones. Los analistas habían cifrada en tres millones los visitantes derivados a Canarias por las dificultades de sus competidores del norte de África, por lo que apenas habría logrado fidelizar poco más de medio millón, de confirmarse estas previsiones.

La cuestión clave para el futuro del sector turístico canario no es sin embargo meramente cuantitativa, aunque la contención del crecimiento siga centrando, junto a la ecotasa, los debates políticos sobre el sector turístico. El propio presidente del Gobierno canario consideraba hace escasas semanas que "sería insostenible seguir creciendo en número de turistas de forma continuada". Pero Fernando Clavijo añadió: "La actual ralentización debe servir para recualificar a los trabajadores, así como para modernizar al sector e ir a segmentos de lujo y con mayor capacidad de gasto".

El presidente canario se refería así, en definitiva, a la necesidad de que la marca Islas Canarias gane competitividad y mucha más calidad. ¿Lo ha hecho durante este largo periodo de éxito turístico? Muchos expertos coinciden en sostener que las Islas no han sabido aprovechar suficientemente los recursos económicos obtenidos durante este periodo de alta rentabilidad.

Un modelo de los 80 y 90

Así, el conferenciante magistral del Foro Internacional de Turismo Maspalomas Costa Canaria, el griego Dimtrios Buhalis, advirtió el pasado mes de diciembre: "El turismo en los destinos maduros como Canarias, y sus modelos de negocio, siguen estando en lo esencial estancados en la década de los 80 y 90".

Pero no solo los expertos con experiencia y visión global reclaman que hay que avanzar hacia un nuevo modelo de negocio turístico. También algunos de empresarios españoles más internacionalizados coinciden con ellos: "Cualquier estrategia destinada a competir por ser más baratos, en vez de los mejores, nos llevará al fracaso. Tenemos que ser conscientes que para mantener el liderazgo vamos a tener que afrontar grandes desafíos en los próximos años", ha señalado Gabriel Escarrer, presidente de Meliá. Desde Barceló, Simón Pérez consideró que "el objetivo de cara al futuro es vender un producto que vaya más allá de una simple habitación, agregando servicios que logren convertir la estancia en una experiencia única". Los retos a los que se refieren los empresarios españoles son, entre otros, la mejora de la calidad y la competitividad, así como la digitalización del sector.

Aún más gráfico ha sido el CEO Federico González Tejera, quien afirmó que "si hasta ahora hemos vivido una época de cambios, hoy estamos ante un cambio de época". Pero ese imprescindible cambio del modelo turístico no se produce solo; requiere una gestión y planificación integral del turismo que en Canarias no se está ni mucho menos produciendo.

Esta concepción nueva y transformadora del negocio turístico no termina de recibir el impulso que requiere en las Islas. Así, en cuanto a la renovación de la planta, de las aproximadamente 450.000 plazas hoteleras y extrahoteleras con que cuenta Canarias, un 30% están obsoletas. Y las nuevas plazas de alta calidad que demanda el mercado en zonas turísticas consolidadas (se prevén unas 30.000), siguen dependiendo de las trabas burocráticas.

Desde el sector público, los datos no son mucho más alentadores. Tanto los presupuestos estatales como autonómicos contienen partidas que reflejan que las administraciones consideran que "el turismo va solo", uno de los mitos que la OMT trata de combatir en todos los destinos. El Gobierno canario destina al sector turístico 80 millones de sus 8.000 millones de euros. Es decir, el 0,9% de su presupuesto para un sector que representa el 32% del PIB, más del 30% de los ingresos públicos y el 34% del empleo. Además, el Plan de Infraestructura Turísticas tampoco termina de dotarse en condiciones. Y sus escasos fondos se reparten desde criterios clientelares, sin tener en cuenta las necesidades reales de los "municipios turísticos" frente a los "municipios de interés turístico".

El turismo canario se sigue gobernando, en definitiva, bajo modelos de gestión obsoletos, en los que prima la ordenación territorial y la promoción. Como si más allá de ambas actividades no hubiera nada más que gestionar. La realidad es que, en sus más de 50 años de experiencia, Canarias ha sido incapaz de crear un órgano de gestión público-privado profesionalizado, que diseñe, planifique y ejecute con una visión integral y a medio-largo plazo.

Bien es verdad que la marca Islas Canarias está integrada por cuatro destinos que compiten entre sí. Cada isla tiene sus singularidades y, dentro de cada una, los intereses políticos impiden alcanzar consensos amplios. La creación a finales de 2016 de la Asociación de Municipios Turísticos de Canarias responde a estos condicionantes. Y a la necesidad de, como sostiene el vicepresidente de Exceltur, "contar con un liderazgo institucional fuerte que cohesione los diferentes intereses encontrados que integran el sector turístico".

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