Tres de cada diez viviendas (31,35%) que se vendieron el pasado año en Canarias fueron a parar a manos de ciudadanos extranjeros. El Archipiélago fue la comunidad autónoma en la que mayor incidencia tuvo la demanda foránea, en un ejercicio en el que el negocio inmobiliario presentó "un comportamiento espectacular", según el anuario publicado por el Colegio de Registradores de la Propiedad de España.
El clima y la costa determinan en gran medida el tirón que las Islas tienen entre los compradores de más allá de las fronteras del país. Lo constata la presencia de Baleares (31,27%) y la Comunidad Valenciana (26,04%), otras dos regiones costeras, inmediatamente detrás en el ranking.
En el caso del Archipiélago es también este segmento el que ayudó a mantener el pulso a un sector afectado por un absoluta atonía tras el estallido de la crisis. "Cuando peor lo pasaba España, las economías europeas se mostraban sanas", señala el presidente de la Asociación de Empresarios Promotores e Inversores de Canarias (Aempic), Ramón Pérez. La presencia extranjera sigue una línea ascendente. Si entre 2016 y el año pasado la diferencia fue de solo nueve décimas, el gap con respecto a 2013 es de más de seis puntos.
Él propio Pérez detalla que los extranjeros siempre han tenido una importante presencia en la compraventa de viviendas en el Archipiélago. "El sur de las dos islas capitalinas o Lanzarote", isla en la que según sus cálculos pueden superar "el 45%" han sido territorios apetecibles para los inversores de nacionalidad distinta a la española. "Buena parte de la demanda extranjera se focaliza en ámbitos geográficos con un determinado perfil turístico", sostienen los registradores en su informe anual.
Rusos y lituanos
Ahora, además, Pérez señala que una parte de quienes hace unos años colocaban su capital casi en exclusiva en zonas como Marbella han girado la vista hacia Canarias. "Rusos o lituanos", detalla el representante empresarial, con amplia disposición de liquidez se unen a la tradicional presencia de ciudadanos de los países nórdicos y al retorno de alemanes y británicos. Sobre estos últimos, Pérez está seguro de que no habrá un impacto nocivo del brexit en la intensidad de sus adquisiciones más allá "de un parón" durante el tiempo necesario para comprobar cómo se traduce en la práctica la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
De la diferente presencia de la inversión extranjera según zonas da cuenta el propietario de la inmobiliaria Becker, Óliver Ayala. "Quizá debido a nuestra ascendencia el mercado nos ha colocado ahí, pero no constituía una aspiración inicial", relata sobre el alto grado de especialización del negocio en torno a la demanda foránea. Asegura no sentir que los datos del Anuario 2017 de los Registradores se traduzcan al plano real, "al menos no en Las Palmas de Gran Canaria", área que constituye el principal escenario de su negocio.
A pesar de esa orientación no buscada hacia la demanda extranjera, Ayala sostiene que son "compradores nacionales" los que más alimentan la actividad de Becker. "Quizá sea el peso de las transacciones que se cierran en el Sur lo que explique los datos", confirma.
Durante el pasado año cambiaron de manos 23.286 viviendas en las Islas, un 12,05% más que en 2016, y con un equilibrio casi exquisito entre provincias: 11.682 en Las Palmas y 11.604 en Santa Cruz de Tenerife. Si el incremento relativo no fue de los más destacados, incluso por debajo de la media del Estado (14,98%), Canarias sí se coloca como cuarta región al atender al número de ventas por cada 1.000 habitantes, con 108,29, solo superada por la Comunidad Valenciana, Baleares y Madrid.
Tanto Ayala como Pérez constatan que se han producido cambios tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en algunos perfiles de compradores. El presidente de Aempic asegura que el mercado primario -el de los compradores que adquieren la casa para vivir en ella- ha repuntado con fuerza en los últimos años, aunque ahora existe el "lastre del aumento de las exigencia de los bancos" a la hora de firmar un crédito hipotecario.
Por su parte, el propietario de Becker asegura que prácticamente ha desaparecido el perfil de "comprador humilde, con ingresos relativamente bajos y ningún ahorro". Por lo demás, el mercado se reparte de forma parecida a cómo lo hacía antes de 2008. La única salvedad es el mayor peso que hoy tiene la demanda foránea.
Un cambio intenso y más reciente lo ha provocado la irrupción del negocio del alquiler vacacional. "Evidentemente es un factor de distorsión", afirma Ayala, por el aumento de las ventas que propicia en determinadas zonas en las que los inversores, "tanto nacionales como extranjeros", entienden que pueden obtener una alta rentabilidad al dedicar los inmuebles a alojar a quienes visitan las Islas.
Esa presión, que confirma también Ramón Pérez, quien también añade el "alquiler residencial" como inversión que seduce a los compradores, determinará un aumento de los precios de la vivienda en las Islas de "entre el 10% y el 15% en el plazo de dos años. Siempre dependiendo de las zonas, porque influyen muchos factores", advierte.
