Canarias ha vivido en una continua paradoja en esta legislatura que termina en las elecciones autonómicas y locales del próximo 24 de mayo. Se ha triplicado el desempleo, se han disparado las cifras de pobreza y la economía sumergida ha servido de amortiguador a las miles de familias que no reciben ningún tipo de ingreso. Sin embargo, la evolución de la economía del Archipiélago ha ido en sentido contrario a la desigualdad social y el Producto Interior Bruto (PIB) de las Islas, el principal indicador que refleja la actividad económica, ha tenido un comportamiento más positivo que la media estatal gracias al sector turístico, que ha vivído su mejor periodo en estos últimos años.
El punto de inflexión de la economía en este periodo de crisis fue en 2009, año en el que coincidió el hundimiento de la construcción con la caída de turistas. En aquel momento el PIB cayó un 4,6%, lo que restó cerca de 2.000 millones de euros a la actividad productiva de las Islas. La recuperación del sector turístico a partir de 2011 impulsó la economía, de tal forma que se volvieron a las cifras positivas, hasta que llegó la recesión que repuntó de nuevo en 2012.
La principal actividad del sector exterior es el turismo y es la base del sostenimiento de la economía, pero no así la balanza comercial. Mientras la economía española logró en 2014 detener la reducción del déficit de la balanza comercial no ha sucedido así en Canarias, ya que las importaciones se redujeron y, a diferencia de las cifras nacionales, el déficit comercial sigue disminuyendo, de tal forma que tocó fondo en 2014 en la serie histórica que data de 1995.
Según el último informe de Hispalink, las perspectivas para la economía canaria para el bienio 2015-2016 son que siga en la fase de expansión, con crecimientos entre el 2,3% y el 2,5%, siempre liderando este crecimiento el sector servicios, pero con unas previsiones de que en el año 2015 el sector de la construcción abandone las tasas de cambio negativas y en el año 2016 el sector multiplique su dinamismo hasta alcanzar un crecimiento del 4,7%.
Canarias también se ha posicionado como una de las comunidades con mayor crecimiento del índice del comercio minorista, uno de los principales indicadores sobre el comportamiento del consumo de los hogares. El Archipiélago encadena cifras positivas gracias al efecto arrastre del sector turístico y la mejora de las perspectivas de ahorro y disponibilidad por parte los hogares canarios. Esta situación se ha notado sobre todo en la venta de vehículos, que sufrió los rigores de la crisis con reducciones alarmantes de las ventas y una regulación de empleo en el sector desconocida hasta ahora. El Gobierno central no tuvo más remedido que resucitar las ayudas directas para amortiguar la caída y posibilitar un repunte en la modernización del parque móvil.
Recaudación
Los ingresos de la Comunidad Autónoma han determinado la evolución de la economía en estos años. El cóctel explosivo que supuso la drástica caída de la recaudación de impuestos y la deficitaria financiación del Estado a los servicios públicos provocó una subida de impuestos en 2012.
El fatídico año 2009 supuso también un punto de inflexión en los ingresos impositivos. El principal tributo recaudatorio de la Comunidad Autónoma, el IGIC, cayó a cifras históricas -poco más de 700 millones de euros- lo que provocó que se multiplicara el endeudamiento para poder hacer frente a los servicios públicos esenciales que gestiona la Comunidad Autónoma. El pacto CC-PP, entre 2007 y 2010, aplicó la tijera de los recortes desde el año 2008 y una serie de medidas de ahorro y austeridad se llevó consigo alrededor de 800 millones menos para sanidad y educación.
Entre 2009 y 2012 el endeudamiento de la Comunidad Autónoma se duplicó de los 2.352 millones de euros a los 4.687 millones, mientras que en 2015 las previsiones del Gobierno canario en los presupuestos autonómicos es alcanzar los 6.289 millones de euros. El férreo control del déficit público impuesto por Bruselas y el Gobierno central, la financiación autonómica y la caída de los ingresos provocó que el Ejecutivo aplicara una subida general de impuestos en 2012, entre ellos el IGIC, que aumentó el tipo general del 5% al 7%, escenario que se mantiene.
Como consecuencia de la situación de descenso paulatino de la inversión pública ha sido básicamente el sector privado el que ha tirado de la actividad económica de las Islas. Prueba de ello es el comportamiento de los principales indicadores económicos, potenciados por el sector exterior y la demanda de las familias y no por el sector público, que ha permanecido prácticamente estancado en los últimos años.
A la fuerte caída de la inversión pública ha contribuido también los importantes ajustes aplicados por el Gobierno central en gasto público, sobre todo en el ámbito de las infraestructuras.
El Gobierno y los empresarios se muestran optimistas y creen que ya estamos en recuperación. Visión distinta a la de los sindicatos, los partidos de la oposición y los colectivos sociales y ONG
