Jueves 21 de mayo de 2015

Día número 14 de campaña electoral

Las Palmas de Gran Canaria

Querido diario:

Ha llegado a mis manos un documento de un valor incalculable. No puedo desvelar las circunstancias de su hallazgo, más allá de que ha sido necesaria la intervención de una buena amiga periodista (ella sabe quién es). Es una carta, y dice así.

Estimada Patricia:

Soy yo, Pablo Iglesias. No, el de Podemos no, el de toda la vida. El fundador de tu partido. Llevo muerto noventa años, y todavía no me acostumbro a las boberías que escucho por ahí. El otro día un tipo en un bar iba berreando que "el coletas" era yo reencarnado, y que por eso nos llamamos igual. Cuando todo el mundo sabe que lo de la reencarnación es una chuminada. Y la vida después de la muerte, también.

Te preguntarás por qué te escribo a ti en vez de dirigirme al actual líder nacional del PSOE, Pedro Sánchez. No sé, a él lo veo un poco despistado buscando a una tal Valeria, a la que nombra en casi todos los mítines, y cada vez la chiquilla reside en un sitio diferente. Espero que la encuentre pronto.

Además, tú eres de la tierra de Galdós. Y siempre me cayó bien don Benito. Me doy cuenta de que tienes entusiasmo, de que sabes dar caña (¿se dice así?) en el Congreso a los ministros del PP. Bravo. Yo también empecé muy joven en la política, como tú. Yo era tipógrafo, tú has trabajado como camarera. Nada de lo que avergonzarse.

Habrá quien piense que si yo levantara cabeza, renegaría del Partido Socialista. Mentira. Ustedes son mi descendencia. Yo les quiero a todos, como se quiere a un hijo descarriado, y por eso te escribo esta carta, para pedirte que hagas examen de conciencia y te preguntes por qué tanta gente que antes se sentía identificada con el PSOE ahora le da la espalda. Para que te lo preguntes de veras.

Y otra cosa: ya sé que es una pesadez, pero hay que leer a Marx. Eso de que la economía es una cosa con líneas que suben, suben, suben... mira, no. Por favor, no me seas como Zapatero, que pensaba que la economía se aprende en un par de tardes.

Y perdona que sea tan severo. Hay que tomar conciencia de por qué el mundo es como es (el de mi época, y el tuyo también), y eso Marx te lo explica como nadie. Ya sé que no está de moda, y me he enterado de que Stalin y otros muchos cometieron barbaridades tremendas en su nombre. Pero, qué quieres, hasta el mejor médico puede acertar en el diagnóstico, y equivocarse con el tratamiento. Lo realmente importante, en mi opinión, es que, por mucho que hayan cambiado las cosas en este tiempo, en esencia, todo se sigue reduciendo a lo mismo: los de arriba explotando a los de abajo.

En resumen, procura no enfangarte demasiado, y no pierdas la cabeza, como me pasó a mí. Espero que te tomes a bien esta carta, porque a nadie pueden ofenderle las palabras de un muerto.

Con cariño,

Pablo Iglesias Posse

PD. El doctor Gregorio Chil y Naranjo le manda saludos a Inés Rojas, confío en que se los puedas transmitir.