El líder del PP, Mariano Rajoy, afronta una semana clave para dilucidar si podrá presentarse a la investidura antes de que acabe el mes de agosto, lo que a priori no se antoja fácil, ya que los líderes del PSOE y de Ciudadanos mantienen su negativa a moverse del "no" o de la abstención.

Rajoy se reunirá con el secretario general socialista, Pedro Sánchez, el martes, a las 11.30 horas, y un día después hará lo mismo con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, a las 9.30 horas. Ambas tendrán lugar en el Congreso, igual que las que celebraron hace un par de semanas.

El PP, como hiciera Rajoy al aceptar el encargo del Rey para intentar formar gobierno, traslada la responsabilidad de que se desbloquee la situación a PSOE y a Ciudadanos, lo que hoy mismo ha puesto de manifiesto el secretario general del grupo popular en el Congreso, José Antonio Bermúdez de Castro.

Ha asegurado que, una vez hecho el encargo del Monarca, éste es el momento de "la responsabilidad de todos".

"Con el 'no' del PSOE y con la abstención de Ciudadanos no se llega a una investidura, sino que llevaría a unas terceras elecciones", ha agregado antes de incidir en que una nueva repetición electoral sería "un despropósito" y "una falta de respeto a los españoles".

Comienza la cuenta atrás

El tiempo avanza y el presidente en funciones ha recalcado que los posibles acuerdos para que haya nuevo gobierno deben fructificar este mes para que España cumpla sus compromisos ante la Comisión Europea (enviar el techo de gasto) y elabore con margen suficiente los Presupuestos de 2017.

De hecho, es el 26 de agosto la última fecha para que la investidura no impida que empiece la tramitación del proyecto presupuestario.

Rebasar esa frontera temporal añadiría incertidumbre a la viabilidad de las nuevas cuentas públicas del año que viene, pues, si no está presentado el proyecto antes del 30 de septiembre, habría que renovar los presupuestos actuales, algo que Rajoy ha considerado muy negativo para España.

La premura no surte efecto por ahora ni en PSOE ni en Ciudadanos, por lo que sus respectivas líderes acudirán a ver a Rajoy con la clara idea de conservar su posición y su estrategia.

Sánchez fue tajante en la rueda de prensa que dio tras ver al Rey el pasado jueves, y llegó a preguntarse con tono de enfado, en referencia al líder del PP: "¿Qué es eso de que aquellos que nos hemos presentado para cambiar sus políticas tengamos que facilitar su investidura?".

El secretario general del PSOE, por tanto, sigue en el "no" y también en que no puede haber terceras elecciones.

Desde Ciudadanos, como indicó ayer el secretario general del grupo en el Congreso, se subraya que la investidura debe celebrarse pronto, pero ello no dependerá de que abandonen la abstención que han anunciado para la segunda votación del debate, sino de que el PP logre la abstención del PSOE.

La formación "naranja" no va a cambiar, reiteró ayer antes de traspasar la presión a los socialistas.

Si la renuncia de Rajoy a presentarse fuera la llave del desbloqueo es un supuesto que rechaza el PP y que Ciudadanos, si ocurriera, cree que no supondría dar "un cheque en blanco" a los populares.