Labrarse un futuro ayudando a los más pequeños de la casa. Este es el objetivo que persiguen Nereida León y David León con su centro de educación especial y psicopedagogía. Tras terminar sus estudios y ante el desalentador panorama laboral que la crisis ha dibujado en todo el país, estos dos amigos decidieron unir sus conocimientos y abrir su propio negocio: el Gabinete Danele.

Tanto Nereida, de 28 años, como David, de 26, se han dedicado durante su juventud a trabajar en el mundo de la hostelería. "Yo empecé con 16 años y he sido de todo: camarero, pinche, botones...", comenta David. Pronto, las ganancias que obtenían de sus empleos fueron destinadas a costear sus estudios superiores. "Trabajamos y estudiábamos para poder afrontar los gastos de la carrera", señalan.

No sin esfuerzo, ambos consiguieron diplomarse en Educación Especial y, posteriormente, licenciarse en Psicopedagogía. "En 2011 dejé de trabajar para centrarme en la carrera porque quería cumplir los plazos que me había marcado para terminarla", apunta David León. Entre tanto, en 2010 ambos decidieron presentarse a unas oposiciones para intentar conseguir una plaza como maestros de Educación Especial.

"Lo hicimos porque queríamos tener un trabajo estable pero no lo conseguimos, y después de intentarlo vimos que el sistema no es todo lo transparente que quisiéramos", apuntan.

Mientras continuaban con la recta final de sus estudios, Nereida y David se preguntaban qué iban a hacer con dos carreras en la calle y qué les deparaba el futuro laboral. Por su parte, los profesores que les impartían clase en la universidad les animaban a no venirse abajo y a emprender un proyecto en común. "Nos veían capaces de poner en marcha nuestro propio gabinete y eso nos dio ilusión para continuar y llevarlo a cabo", afirman.

Llenos de inquietud, en octubre de 2011 comenzaron a trabajar en la creación de su propio centro y un mes después, el 25 de noviembre, Danele abrió sus puertas. "Se trata de un gabinete en el que ofrecemos todo tipo de servicios para niños con dificultad educativa y discapacidades para trabajar el nivel del lenguaje, el cognitivo y las habilidades sociales", explican.

David y Nereida han decidido integrar un apartado de psicología juvenil con la colaboración de una compañera. "También nos dedicamos a ofrecer gratuitamente formación para los colectivos desfavorecidos que por cuestiones económicas no se lo puedan permitir", añaden. Pero sin duda, el servicio que mayor éxito está teniendo es el de acogida temprana. "Lo realizamos con niños de hasta seis años y trabajamos con ellos evaluando sus capacidades para centrarnos en sus carencias, reducirlas, y que el niño sea lo más autónomo posible", señalan.

Para convertir en realidad este proyecto, ambos han invertido alrededor de 3.000 euros procedentes de sus propios ahorros. "Previamente hicimos un estudio para valorar la posibilidad de que no tuviéramos ingresos en seis meses pero al final todo salió bien y al tercer mes el 80% de los gastos ya se cubrían con los ingresos", afirman.

Nereida y David aseguran que lo mejor de haber iniciado esta aventura empresarial es ver los resultados de su trabajo en los avances de los niños que acuden a su consulta. "Cada avance que hacen es un logro y una alegría, sobre todo para los padres. Hay niños que con siete años aún no dicen papá y por eso cada palabra nueva o una operación cognitiva es motivo de celebración", relata David.

Para ellos, lo más difícil de llevar sus propio gabinete han sido los comienzos. "Tienes que hacerte un nombre y demostrar que aunque seamos novatos sabemos lo que hacemos para ganarte la confianza de los padres", afirman.

Como proyecto de futuro, ambos tienen en mente "el seguir creciendo y mejorando nuestros servicios" y para ello esperan seguir reinvirtiendo en sus instalaciones "para tener mejores instrumentos y capacidades para atender a los niños que lo necesiten".