El director Pablo Llorca utiliza en su tercer filme, El mundo que fue y el que es, la evolución del Partido Comunista de España durante la segunda mitad del siglo XX para analizar el tema de la fidelidad a unas ideas y su adaptación a la realidad actual.

La película, que compite en la sección oficial a concurso del XII Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, "plantea un dilema en el comunismo del siglo XXI" aseguró Llorca en la presentación, "si hay que evolucionar o mantenerse fiel a los postulados originales". Aunque el director no tenga respuesta para esta pregunta, sí recordó que la represión franquista es un periodo de la historia española que puede dar lugar a muchos tipos de películas. "Al igual que hablé de comunistas", afirmó, "pude haberme centrado en otro tema como en la iglesia con el dilema entre dogma y realidad".

El filme, de cualquier forma, pretende hacer reflexionar, desde la óptica de la represión que sufrieron los presos políticos del franquismo, del transcurso del tiempo y las dudas que plantea un mundo en evolución. Llorca manifestó que su trabajo, además de los "claroscuros del Partido Comunista", tiene la intención de mostrar el debate sobre si hay que permanecer fiel a las ideas en las que se cree, pese a que no exista realidad a la cual aplicarlas, o si, por el contrario, acabar perdiendo las señas de identidad. "Antes de empezar, leí muchos libros sobre el PCE", aclaró "y me di cuenta de que pocos comunistas tienen un perfil tan definido como el que muestra el protagonista Daniel Duarte".

Llorca también quiso subrayar el hecho de que en el epílogo final entiende la postura de las dos bandas. Así, por un lado está la facción ortodoxa, cuyas señas de identidad se basan en un giro hacia lo burgués y la facción parlamentaria. Y, por el otro, la facción renovadora, que cree que sí pueden establecer en la España de hoy esos ideales. En una de esas escenas el protagonista aparece rodeado de sus nietos, y no entiende la ideología de uno de ellos. "Se trata de temas como la ecología", señaló Llorca, "que no eran pertinentes para los comunistas de su época", pero el director aseguró que "la película refleja la ideología con todos sus elementos añadidos durante la represión franquista".