El buque ocenaográfico Ramón Margalef navega rumbo a Tenerife para sumarse este fin de semana al operativo científico desplazado a la isla de El Hierro por la alerta volcánica. Este laboratorio flotante, uno de los más completos de Europa y propiedad del Instituto Español de Oceanografía (IEO), que hará su primera misión en aguas canarias, no podrá utilizar todo su instrumental en el mar de Las Calmas, ni trabajar directamente sobre la mancha de color azufre que bordea el litoral herreño.

La razón no es otra que el cambio de los parámetros del agua en la "zona caliente" del fenómeno geológico en cuanto a acidez y temperatura, que impiden que el buque funcione al cien por cien dado que la embarcación utiliza un sistema de refrigeración con agua de mar, tal como reiteró ayer el coordinador de la flota oceanográfica del IEO, José Ignacio Díaz.

De igual manera, el robot sumergible y dirigido a control remoto desde el barco a través de un cable, el ROV Liropus 2000, tampoco podrá estrenar todo su potencial para bajar hasta 2.000 metros, tomar muestras de todo tipo y capturar fotografías y vídeo en alta resolución del fondo, debido a las altas temperaturas, y que este aparato, también sin estrenar en mar abierto, está preparado para operar en aguas entre los -2 y 35 grados, lo que hace inviable su inmersión en la zona eruptiva. Su estructura está formada de aluminio y fibra de carbono.

Diagnóstico

A falta de conocer cómo evolucionarán estas aguas en los próximos días, y cuál será la situación que se encuentre el Ramón Margalef cuando previsiblemente arribe este sábado al puerto herreño, la expedición que anoche partía del puerto de Vigo sobre las 21.30 horas tras haber realizado múltiples pruebas en la ría tiene claro que no se correrán riesgos innecesarios.

El "vértigo" con el que José Ignacio Díaz calificaba días atrás esta primera misión científica, se tornó ayer en prudencia hasta que al embarcación se encuentre en el Archipiélago.

Las dificultades señaladas obligarían al buque a trabajar desde fuera de la zona eruptiva trazando muestras en horizontal y vertical. De todas formas, la embarcación tiene previsto realizar previamente un rastreo topográfico de toda la franja afectada por la erupción antes de emprender mediciones y otras tareas, que se harán en coordinación con el buque Profesor Ignacio Lozano, del Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM), que arribó a La Estaca el pasado viernes.