El buque del Instituto Español de Oceanografía (IEO), ´Ramón Margalef´ no tiene fecha de regreso. Ha sido enviado por el Ministerio de Ciencia e Innovación para realizar una exploración científica en la isla de El Hierro y "no se irá hasta obtener respuestas", aseguró el subdirector General del Instituto Español de Oceanografía, Demetrio de Armas.

Su misión será la de resolver todas las preguntas que se puedan suscitar desde el comité científico a través de ofrecer a los investigadores "todas las muestras que necesiten". "Nuestra intención es barrer toda la zona que podamos para ayudar en la gestión de esta crisis y colaborar especialmente con la dirección del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca)", aseguró.

Con respecto a la tardanza en llegar a la Isla, desde el Ministerio alegan que un barco de estas características, cuyo equipamiento cuesta un total de 18 millones de euros, "no se prepara de inmediato" puesto que requiere una equipación muy específica. De hecho, se trata de uno de los laboratorios flotantes más importantes de Europa puesto que cuenta con la tecnología más puntera para estudiar la geología marina, la oceanografía física y química, así como el control medioambiental.

El jefe de Flota, José Ignacio Díaz, afirmó que la herramienta fundamental para ver lo que está ocurriendo en el fondo será un vehículo submarino de observación remota (ROV), de 1,5 millones de euros de presupuesto y un peso de 800 gramos, que será controlado por un cable de fibra óptica desde el barco.

Este sistema lleva una serie de cámaras de alta resolución que les permitirá "ver y grabar lo que está ocurriendo en el fondo marino para especular, con mayor conocimiento de causa, acerca de lo que ha podido ocurrir en la zona", reconoce Díaz.

La calidad y nitidez de las imágenes obtenidas por medio de este sistema es "excepcional", asegura el experto, quien añade que el barco, en el frontal, posee tres cámaras más de video, una de ellas de alta resolución, y con ellas se podrá observar con detalle el fenómeno y se decidirá qué muestras tomar. Además, el buque cuenta con un equipo, denominado "trineo", que les ofrecerá, durante su descenso al fondo, una "visión general poco arriesgada de lo que hay", lo que es, según los expertos "muy útil para ver qué sucede en el fondo".

Díaz asegura que el ROV tiene, asimismo, capacidad para tomar muestras con sus brazos manipuladores hidráulicos de presión y que sus sensores también expondrá la temperatura y salinidad del agua del mar en esa zona, "incluso las corrientes", matizó.

El sistema puede trabajar hasta 2.000 metros de profundidad, lo cual "no es ninguna limitación porque los fenómenos se han producido por encima de ese fondo", recuerda. Tras hacer el reconocimiento con las sondas e identificar dónde están las zonas de interés mayor, el vehículo trabajará en turnos de doce horas para realizar sus estudios.

A la hora de investigar parten de escasos datos. De hecho, las temperaturas que se van encontrar las conocerán cuando lleguen, mañana domingo, a El Hierro. "Aventurar otra cosa no es posible", insistió el jefe de flota.

DIEZ CIENTÍFICOS

Díaz recordó, además, que se trata de la primera campaña del buque y que en el mismo viajarán doce personas pertenecientes a la tripulación, dos técnicos que controlarán los equipos electrónicos e informáticos, así como un total de diez científicos encargados de controlar, pilotar y analizar las evidencias obtenidas por medio del ROV, un mecanismo que supera el millón y medio de euros de inversión.

El subdirector General del Instituto Español de Oceanografía, Demetrio de Armas, explicó que se están coordinando con otras administraciones como la Agencia Canaria de Investigación, que lo coordina todo, así como con la Plataforma Oceánica de Canarias. También trabajan con otras del Estado como universitarias canarias. El presidente del Gobierno y la ministra Garmendia están hablando de un plan de investigación a medio plazo para ver qué ha pasado aquí.

El Instituto Español de Oceanografía construirá otro buque gemelo, el ´Ángeles Alvariño´, cuya entrega está prevista en 2012. Ambas naves estarán dotadas con modernos sistemas de automatización, lo que permitirá operar con menos tripulantes y garantizará la máxima seguridad en situaciones climatológicas adversas.