El vulcanólogo del CSIC Joan Martí pide que se estudie la nueva sismicidad que se registra en El Hierro porque, a diferencia de la que se produjo a partir de julio, no se observa que vaya asociada a una deformación de la isla, lo que puede deberse "a un fenómeno de reajuste de todo el sistema".

Así lo ha considerado el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en declaraciones a Efe, en las que recuerda que durante los últimos tres días han aparecido nuevos movimientos sísmicos que se localizan a mayor profundidad y en una franja norte-sur, al norte del Golfo.

Esta zona se sitúa muy cerca de donde se habían registrado los primeros seísmos en julio, entonces a menor profundidad.

La diferencia es que ahora los científicos no observan que esta sismicidad vaya asociada a deformación y si la hay es mucho menos visible, según los datos del Instituto Geográfico Nacional, por lo que quizás haya un reajuste de todo el sistema por un problema de compresión, derivado de que ha desaparecido el magma que entraba por debajo y ahora hay pequeñas fracturas que causan esta sismicidad.

Otra posibilidad es que al haberse descomprimido la zona donde inicialmente fluyó el magma, a unos 12 kilómetros, puede que entre nuevo magma procedente de áreas más profundas y que estuviese ascendiendo, pero si esto fuese así debería dar lugar a una nueva deformación, explica Joan Martí.

"Ahora lo que hay que hacer es estudiar la sismicidad para ver cómo se comporta y si en algún momento está asociada a una nueva deformación, lo que indicaría nueva presión en el sistema", detalla el vulcanólogo.

El científico considera también que la situación en El Hierro aparentemente continúa como estaba y la erupción se mantiene, según los datos "indirectos" recopilados por los equipos de vigilancia y monitoreo.

Hasta hace tres días se produjo una fase más relajada en cuanto a la intensidad eruptiva pues, aunque sigue saliendo magma, no se han abierto otros focos.

Señala que ayer aparecieron manchas negras en el mar con material piroclástico flotando que, a las dos o tres horas, se hundieron otra vez.

Joan Martí atribuye este hecho a que este material es vesicular, relativamente poco denso, pero al llegar a la superficie y llenarse de agua de mar se volvió a hundir.

De las imágenes captadas por el helicóptero del Gobierno de Canarias se deduce que este material piroclástico es el más fino, tipo picón o lapilli.

Esto confirmaría que la erupción sigue el curso de cualquier otra conocida en Canarias de tipo estromboliano pero bajo el agua, con bombas con núcleo blanco en su fase inicial de formación de escoriácea y luego otra fase más equilibrada con material un poco más fino, añade Martí.

Lo que sorprende al científico es que esta erupción submarina "sigue la secuencia" de los procesos eruptivos en tierra, y advierte de que la actividad sismovolcánica "puede ir para largo, con más erupciones, y por ello hay que estar al tanto y más vigilantes".