El investigador del Instituto Geográfico Nacional (IGN) Joan Martí afirmó ayer que han comprobado "clarísimamente" que sigue habiendo magma bajo El Hierro a 20 o 25 metros de profundidad y aseguró que la erupción está todavía en marcha. El investigador hizo estas declaraciones en una rueda de prensa dentro del buque oceanográfico Ramón Margalef, que sumergirá hoy los robots Liropus 2000 y un trineo fotogramétrico para tomar las primeras imágenes reales de la fisura eruptiva y el cono de 100 metros de altura del Mar de las Calmas.

Martí recordó que la erupción comenzó en el norte y que el magma recorrió 12 kilómetros bajo la isla hasta que encontró la salida al sur de La Restinga. El experto señaló que "la salida de gases y la señal sísmica indican que la erupción continúa", y prácticamente descartó una erupción similar en Frontera, donde se están registrando los sismos en las últimas horas, aunque "seguiremos vigilando". El investigador del IGN considera "sorprendente" que el volcán se esté comportando como una erupción subaérea, a pesar de ser submarina.

Los dos robots del Ramón Margalef que intentarán hoy tomar fotos y vídeos del volcán herreño. Así lo anunció Juan Acosta, investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO). Al parecer, la turbidez del agua sobre la boca de la erupción, por la salida de materiales, va a dificultar la obtención de estas primeras imágenes reales del cono, por lo que los científicos tienen previsto comenzar en El Golfo e ir acercándose poco a poco al foco principal.

El Ministerio de Ciencia e Innovación difundió el pasado martes una aproximación cartográfica que mostraba, además de la fisura eruptiva, un cono de nueva creación, de 100 metros de altura, con una boca de 120 metros de anchura, a 300 metros de profundidad. "Tomando como referencia la batimetría (mapa de profundidad) de esta zona, que realizaron en 1998 el Instituto Hidrográfico de la Marina y el IEO, podemos observar que en esta zona lo que había antes era un valle, una vaguada, donde ahora hay un cono de 100 metros de altura", agregó Acosta.

Joan Martí recomendó realizar una nueva batimetría dentro de un tiempo para comprobar los cambios de morfología del edificio. "Estas estructuras son muy inestables, lo mismo que crecen, se colapsan, y habrá que vigilarlas para ver en qué estado quedan", agregó.

Francisco Sánchez, del IEO, añadió que es una suerte haber llegado en un estadio en el que la erupción no es "excesivamente violenta", porque les ha permitido pasar "justo por encima" de la boca y hacer las mediciones correspondientes.

Sin oxígeno

Joan Martí también reveló que los peces muertos pueden haber sufrido un shock puesto que se ha comprobado que en la zona de la mancha había "cero oxígeno", lo que se llama anoxia.