- Un mes después de que se iniciara la erupción, ¿todo ha marchado según lo previsto?

- Bueno, dado que al principio del todo sabíamos que había un movimiento de magma pero no sabíamos por dónde podía emerger, cuando vimos la sismicidad de foco profundo ya supimos que iba a ser en el sur. Luego se puso en conocimiento de la dirección del Pevolca y todas las medidas que se han tomado han sido tras una información del comité científico. A partir de ahí ha ido todo según lo previsto pero, desde luego, el 18 de julio no sabíamos nada de lo que se ha desencadenado. Ahora mismo sabemos que el fenómeno evoluciona dentro de lo previsible, pero a medio o largo plazo no sabemos cómo va a ocurrir todo.

- ¿En qué ha sorprendido el volcán de El Hierro a los científicos?

- A los científicos no, pero al Pevolca sí que lo ha sorprendido. Es un plan que estaba diseñado más para una erupción en tierra que para una erupción submarina y en este sentido nos enfrentamos a un fenómeno que no estaba contemplado aunque es verdad que si miramos los fondos de Canarias vemos que están llenos de conos y hay una probabilidad alta de que una erupción se desarrolle en el mar, como esta.

- El volcán ha expulsado hasta ahora tres tipos de materiales. ¿Esto es normal en una erupción submarina?

- Sí. Cuando se toman muestras hay que datarlas para ver cómo va evolucionando un fenómeno eruptivo, que va teniendo distintas fases y va expulsando distintos materiales.

- ¿Cree usted que existe material explosivo en este volcán, como dice la Universidad de Barcelona?

- Cuando se toma una muestra, lo esperable es que se envíe a distintos laboratorios que con distintas tecnologías te permitan corroborar el resultado del análisis. Esto es lo que se ha hecho desde el Pevolca y los resultados que se han obtenido son que mayoritariamente parece que el resultado nos da una traquita. Esto quiere decir que tiene un grado de explosividad pero no es lo mismo que una riolita, cuyo grado de explosividad es mayor. Esto no quiere decir que el trabajo que se ha hecho por parte de la Universidad de Barcelona sea incorrecto, pero todo hay que valorarlo en su conjunto.

- Es decir, ustedes en estos momentos no tienen indicios de que en El Hierro exista riolita.

- No. De hecho, en El Hierro, en superficie, se encuentran depósitos de traquita pero no de riolita. Al menos no los hemos encontrado.

- Por la cantidad de magma que se calcula que hay en El Hierro, ¿cuál es el peor escenario posible?

- La verdad es que no me gusta hablar del peor escenario, sino del más probable. Ahora mismo la erupción está en el sur y se mantiene abierta la probabilidad de que se abra un centro emisor en el norte, también en el mar, como en el sur. Hablar del peor escenario no tiene mucho sentido porque se puede alarmar a la población innecesariamente.

- ¿La erupción en tierra está descartada?

- No, lo que pasa es que la probabilidad es muy baja. El escenario es el que está ahora mismo, con una erupción en el mar, en el sur, una siguiente probabilidad de que se produzca otra erupción en el norte, también en el mar, y una tercera, remota, de que se produzca una erupción en tierra.

- ¿Se sigue pensando que la erupción del Mar de Las Calmas, en el sur, no va a ser explosiva?

- Si sigue el centro emisor con la posición que tiene ahora mismo, el crecimiento es tan lento que probablemente no llegue a alcanzar la cota de la que se ha hablado para que llegue a tener una manifestación explosiva en superficie. Los primeros cien metros los puede crecer con relativa facilidad pero luego, para crecer veinte metros más necesita un volumen tan grande que con la tasa actual de emisión necesitaría una erupción muy larga en el tiempo. Entonces, o se mantiene mucho en el tiempo, o aumenta la tasa de emisión, o se acerca más hacia tierra para que se pueda producir una fase más explosiva. A día de hoy eso no es probable.

- Después de la batimetría que hizo el buque científico Ramón Margalef, ¿se puede tener una idea de si el edificio volcánico ha podido recortar la distancia con respecto de la superficie?

- El Ramón Margalef va a iniciar ahora una campaña cuya primera misión es repetir la batimetría que se hizo el mes pasado. El día 24 octubre la batimetría daba un edificio de unos cien metros de altura y el 28, cuatro días más tarde, se vio que seguía teniendo más o menos la misma altura, pero había tenido un derrumbe de un flanco del edificio.

- ¿Cómo se interpretan los picos de inestabilidad que muestra la señal de tremor de un día para otro?

- Como un cambio de apertura del centro emisor. La boca aumenta o disminuye y también la tasa de emisión. Si se tiene una tasa de emisión constante y un centro emisor constante el tremor es constante.

- ¿Por el magma que se estima que hay bajo El Hierro la erupción podría durar más de un año?

- No sólo tenemos el magma que está disponible en el sur; la sismicidad en el norte podría indicar un nuevo aporte de material a unos veinte o veinticinco kilómetros de profundidad. Son procesos independientes, aunque están en un espacio geográfico muy pequeño. Es verdad que al principio se pensaba que la sismicidad del norte podría estar asociada a un reajuste tectónico pero estos procesos, primero, duran poco en el tiempo y, segundo, las magnitudes van decreciendo, y aquí hemos tenido picos de magnitud, separados en el tiempo, que han ido cada vez alcanzando magnitudes mayores. Este no es el patrón habitual de un reajuste tectónico, sería más una entrada de material nuevo que podría estar disponible para alimentar la erupción en el sur si es que se llegan a conectar los dos sistemas, o bien para una posible erupción en el norte. Podemos tener una recarga constante de material que podría generar una erupción muy larga en el tiempo.

- ¿Cuánto tiempo puede durar, como máximo, este proceso eruptivo?

- No lo sé. Las previsiones sólo podemos hacerlas a corto plazo. A largo plazo, obviamente, terminará algún día; a medio plazo es imposible.

- ¿Qué escenario le preocupa más, el norte o el sur?

- Ahora mismo el norte. Por su gestión, básicamente. Desde el punto de vista científico me da igual el norte que el sur, pero para la dirección del Pevolca es más complicado un escenario en el norte que en el sur.

- Por sus cuatro mil habitantes, supongo?

- Por la gestión de la emergencia.

- ¿Hay tanta fractura entre los científicos que están trabajando en El Hierro como parece desde fuera?

- Desde fuera se busca la discrepancia. Y la ciencia avanza porque existen opiniones distintas sobre un mismo fenómeno y su posible evolución. En el comité científico se ponen sobre la mesa los datos que cada una de las instituciones tiene y se interpretan en conjunto. Y se llega a un consenso sobre lo que está ocurriendo y sobre la posible evolución del fenómeno, que es lo que le interesa al Pevolca, que todos los científicos lleguen a un consenso sobre el escenario más probable. El avance de la ciencia se fundamenta en las discrepancias, pero las discrepancias no son la piedra angular del comité científico; los que entramos a él lo hacemos con nuestra opinión y salimos con el consenso. Esto es lo importante.

- Pero más que discrepancias, ¿en algunos casos no parecen batallas de protagonismo?

- Yo éstas, desde luego, no pienso entrar ni siquiera a valorarlas. Nuestro trabajo tiene que ser absolutamente profesional y responsable.

- En la investigación científica del proceso volcánico de El Hierro, ¿están todos los que son? ¿Son todos los que están?

- Son todos los que están? contemplados en el Pevolca. Ahora mismo tenemos un protocolo de actuación que está operativo y es su primera puesta en escena. Están todos los que se recogen en el plan, y la dirección del plan tiene la capacidad para invitar a formar parte del comité científico a quien se considere necesario. Y todos aquellos investigadores que, siguiendo lo establecido en el Pevolca, han solicitado permiso para realizar sus investigaciones, a ninguno se les ha dicho que no. A ninguno.

- ¿Cómo calificaría la labor de Ramón Ortiz en El Hierro?

- Ramón Ortiz, dentro del comité científico y como asesor del IGN, es el que tiene más experiencia en fenómenos eruptivos en curso.

- Desde el punto de vista personal, ¿cómo vive un científico lo que vive un pueblo como el de La Restinga?

- Depende del momento. Cuando se toman las medidas es difícil para nosotros transmitir una información sabiendo la trascendencia que va a tener de cara a la población, te pesa mucho la responsabilidad. Pero cuando ves que los fenómenos se desarrollan y se confirma que se han minimizado los riesgos para las personas con las medidas tomadas, te sientes satisfecho. Y a nivel profesional, después de muchos años preparándote para afrontar un fenómeno eruptivo en Canarias, es una experiencia muy satisfactoria. Sobre todo si todo sale bien, como hasta ahora.

- ¿Cree usted que este volcán se podrá explotar desde el punto de vista turístico?

- Independientemente de este volcán, Canarias tiene que abrirse al turismo volcánico. Es sorprendente que zonas con actividad volcánica mucho menor, incluso en España, tengan una actividad turística dirigida a los volcanes mucho mayor. Se puede explotar mucho mejor todo el archipiélago, Canarias como una zona volcánica activa.