El director Zubin Mehta (Bombay, 1936) se encuentra desde ayer tarde en la capital grancanaria como invitado de excepción al 28º Festival de Música de Canarias para dirigir esta noche a la Orquesta de la Comunidad Valenciana en una de las obras más complejas de la literatura sinfónica, la Octava, de Bruckner. Es la tercera vez que dirige en el certamen canario tras su última visita en 2010 con la Staatskapelle de Dresde, y no tendría problema alguno en repetir cada año si su agenda se lo permitiera y si el festival canario pudiera pagar su caché.

"Es la tercera vez que vengo a este festival maravilloso, un gran festival con un programa fantástico atendiendo a la invitación de la directora y amiga Candelaria Rodríguez, y vengo con esta orquesta, que es algo fuera de lo común y una de las mejores de Europa, y sería estupendo si pudiera venir todos los años, y siempre que sea posible estaré", explicaba el maestro nada más llegar al Hotel Santa Catalina acompañado por la directora del festival.

Mehta insistió en las excelencias de la partitura de Bruckner que conduce esta noche en el Alfredo Kraus y que repite mañana en Santa Cruz de Tenerife, así como el nivel que ha encontrado en la orquesta a sus exigencias en la interpretación. "Es un placer trabajar con estos músicos", apuntó el maestro desplazando la mirada hacia los miembros de la orquesta que comenzaban a llegar al hotel. La Octava de Bruckner es unas de las piezas que Mehta frecuenta con regularidad, y que ha ejecutado con la formación valenciana en distintos escenarios españoles, y que antes de involucrarse con el proyecto del Palau de las Arts valenciano había registrado en distintas grabaciones discográficas con formaciones como la Filarmónica de Israel, de la que es director vitalicio desde 1981, la de Los Ángeles, la de Baviera y la del Concertgebouw.

El director es una de las batutas de prestigio internacional con las que el Festival de Música de Canarias quiere contar para la programación del 30º aniversario, dentro de dos años.