Arriesgada era la apuesta de The Loneliest Planet de Julia Loktev. Y finalmente, la ganó. La película de la directora rusa se llevó la Lady Harimaguada de Oro en esta 13º edición del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. En buena parte, gracias a un jurado (y un público) dispuesto a asumir riesgos, como bien sabe el presidente del jurado, Vicente Aranda, uno de los directores más osados del cine de la transición. Hay que alabar en The Loneliest Planet el deseo de experimentación, el riesgo del autodesafío, las ganas de apartarse de los caminos trillados, demostrando que la imaginación puede suplir lo que no da el presupuesto.

En The Lonelist Planet, Loktev se acerca a la orografía montañosa de Georgia, un país limítrofe entre Europa y Asia, para poner en escena un drama protagonizado por una pareja de enamorados y un guía local que se desplazan de lo terrenal a lo emocional por un territorio hostil. La película es un movimiento continuo paralelo al paso del tiempo, al fluir de los ríos que cruzan, en un "perpetuum mobile", como avanzaba en mi crítica del pasado lunes en LA PROVINCIA, que convierte a Loktev en discípula de Heráclito, para quien lo importante no era el camino, sino el proceso en sí del viaje, el descubrimiento constante de uno mismo. La habilidad de Loktev consiste en transformar un viaje de novios en un rito de paso de afuera a dentro, y viceversa.

La Lady Harimaguada de Plata recayó en la película portuguesa Tabú, de Miguel Gomes. La protagonista de esta historia de amor, desamor y supervivencia es una mujer octogenaria, Aurora, que lleva una existencia tan rutinaria y normal, que nadie sospecha que una vez tuvo una granja y un amor en África, como la autora de Memorias de África. A diferencia de la baronesa Karen Blixen, Aurora es una mujer sin atributos, carece de cualquier matiz heroico o excepcional. Y esto es precisamente lo que la hace atractiva, el que no sea una heroína al uso, como aconsejaba Cesare Zavattini: "Estoy en contra de los personajes excepcionales, estoy en contra de los héroes, siempre he sentido un odio instintivo hacia ellos. Me siento ofendido, excluido por ellos. [?] Los verdaderos héroes son los que no lo parecen".