La figura de Adolfo Suárez ocupa desde hace más de tres décadas una de las páginas más importantes de la historia de España por su papel en la Transición. Suárez provenía del Movimiento Nacional y formó parte del gabinete de Arias Navarro tras la muerte del dictador Francisco Franco, pero cuando en julio de 1976 el Rey don Juan Carlos le encargó formar Gobierno, supo orquestar en un ambiente hostil el camino que conduciría a España a la democracia y a la aprobación de la Constitución de 1978, cerrando 40 años de franquismo.

En ese lapso de tiempo, construyó el consenso que permitió avanzar hacia un sistema de libertades, legalizando a las diferentes formaciones políticas que habían luchado contra el régimen de Franco, como el PSOE, en 1976, o el PCE, en la Semana Santa de 1977.

El proceso hasta las primeras elecciones

En 1976, España se hallaba inmersa en una complicada situación económica, con una gran oleada de huelgas, y el terrorismo de ETA y los GRAPO no cesaba. Suárez tenía entonces 43 años y el recién proclamado Rey de España, Juan Carlos I, le iba a encomendar dos difíciles tareas. Por un lado, constituir el que sería el segundo Gobierno desde que accedió a la corona. Por otro, la desarticulación del régimen franquista, en decadencia tras la muerte de Franco en 1975.

A ojos del monarca, el político abulense se antojaba la figura necesaria para emprender la transición política del país y la consecución de un estado democrático. Suárez aceptó la responsabilidad y pasó a ser el presidente del Gobierno, por orden del Rey, el 3 de julio de 1976.

Desde su nombramiento como presidente se caracterizó por ser un hombre de consenso y logró pactar con socialdemócratas, liberales e incluso con comunistas, recibiendo por ello duras críticas. Las presiones y el descontento procedían de los sectores más inmovilistas del franquismo, los cuales cuestionaban la revolución política que estaba comenzando a fraguarse en el país.

En septiembre de 1976, con Torcuato Fernández-Miranda como vicepresidente, Suárez presentó el proyecto de Ley para la Reforma Política. Se trataba de un proceso que, de ser aprobado, supondría el fin del franquismo y se tenía que realizar desde el propio régimen.

Si bien hubo sectores opuestos al proceso, finalmente las cortes franquistas aprobaron la ley, firmando así la muerte política de su propio régimen. En diciembre de ese año se celebró un referéndum, en el que los españoles evidenciaron su apoyo a la ley propuesta por el ejecutivo de Suárez.

Unos meses más tarde, el 15 de junio de 1977, se celebraron elecciones generales libres, las primeras desde 1936. Unas elecciones en las que Suárez salió vencedor, representando a Unión de Centro Democrático (UCD).

Lo que vino después fue la Constitución, carta magna de los derechos y deberes de los ciudadanos, que quedó aprobada por la mayoría de la población en referéndum celebrado el 6 de diciembre de 1978. El texto entraría en vigor el 29 de ese mismo mes.

Anuncio de dimisión

Al año siguiente, en 1979, Adolfo Suárez volvió a ganar las elecciones generales por segunda vez, comenzando el que sería su tercer mandato como presidente del Gobierno. Sin embargo, al de un año, una moción de censura promovida por el PSOE, y que no llegó a materializarse, supuso la caída política de un Suárez que empezó a perder apoyos incluso en su propio partido.

El 29 de enero de 1981, a la edad de 48 años, el primer presidente democrático tras el régimen de Franco presentó su dimisión por las tensiones internas en su partido y las críticas recibidas por su gestión. Esta decisión de Suárez supondría el fin de su protagonismo político en UCD. Pero antes de dejar el Congreso, y aún como presidente en funciones, vivió en primera persona el 23-F. Fue una de las pocas personalidades políticas en el Congreso que se encaró contra el teniente coronel Antonio Tejero cuando este último entró en el hemiciclo arma en mano. Más adelante, ese mismo año, el Rey le concedería el título de Duque de Suárez en reconocimiento a su importante papel durante la Transición.

Leopoldo Calvo-Sotelo, hasta entonces vicepresidente segundo, le sucedería en la presidencia del Gobierno el 26 de febrero de 1981. Luego vendrían Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodriguez Zapatero y Mariano Rajoy. En 1982 Suárez fundó un nuevo partido bajo las siglas CDS, Centro Democrático y Social, en el que permanecería hasta 1991, cuando abandonó definitivamente la política.