Los jugadores de la selección francesa Samir Nasri y Franck Ribery se han recuperado de sus molestias y podrán enfrentarse a España en el partido de cuartos de final que disputarán ambos equipos el sábado, según reconoció hoy el segundo entrenador del combinado 'bleu' Alain Boghossian.

Ayer, en el primer entrenamiento tras la derrota ante Suecia, ambos jugadores se retiraron de la sesión antes de tiempo. Ribery sufrió dolores en el tobillo izquierdo, mientras que Nasri tenía dolores en una rodilla tras recibir un golpe en el duelo frente a los suecos.

Los jugadores de la selección española enfilan ya la proa en dirección al partido del sábado en la Eurocopa contra Francia. Entre excursiones, partidas de bolos y reunión con familiares, la Roja gastó este miércoles sus últimos momentos de asueto. El partido contra Francia ya es cuestión de horas y todavía no han respirado los guiñoles, el último argumento para mantener viva la rivalidad entre países vecinos. Más que a los guiñoles, a lo que temen los seleccionados es a la capacidad creativa de Francia.

Nasri, Benzema y Ribery. Son los tres grandes líderes de Francia. Aunque los dos últimos aún no se han estrenado en la faceta goleadora. España no conoce la victoria ante Francia en competición oficial y aún duele lo sucedido en el Mundial de 2006. Pero los franceses también tienen sus problemas. Ayer, el seleccionador Laurent Blanc, reconoció que hubo tensión en su equipo tras la derrota del martes ante Suecia.

"La cosa se puso caliente, pero se enfrió con una buena ducha. Hubo tensión porque había jugadores que tenían la sensación de que no todos lo habían dado todo. Cuando se producen desacuerdos hay que hablar, y hacerlo entre ellos". Ribery se retiró con problemas en el pie: unas ampollas. Nasri ni salió. Pero no parece que se vayan a quedar en el banquillo el sábado.

El diario ´L´Equipe´ informa este jueves de esas tensiones en el vestuario, con críticas de Nasri a Diarra por su rendimiento defensivo y discrepancias entre Ben Arfa y el propio seleccionador. El clima de inestabilidad, no obstante, parece no alcanzar los niveles de 2010, cuando se produjo un motín de los futbolistas contra el entonces técnico, Raymond Doménech.