Este jueves se cierra la primera fase del Eurobasket con un partido intrascendente para España. Por suerte, esta vez no hay aprietos y no hay nada en juego ante Hungría. Las dudas de veranos anteriores -en los JJOO de Río, hace doce meses, sin ir más lejos, la selección estuvo más fuera que dentro con sus dos derrotas en sus dos primeros partidos- han dejado paso esta vez a una marcha triunfal desde el primer día que permite que este último partido de la primera fase sea un entrenamiento con público. Ahora, el único objetivo es que nadie se lesione y que los menos habituales acumulen minutos de competición.

Con los deberes hechos, todas las miradas están puestas ya en el cruce de octavos de final del próximo domingo. A falta de la última jornada en el Grupo D, España ya sabe que, salvo resultados pseudoinexplicables, el rival de los de Sergio Scariolo en octavos será el perdedor del duelo de este jueves entre Turquía y Letonia.

Cada uno tendrá sus propias filias y fobias, pero en este caso pienso que no hay debate posible: Letonia sería la opción ideal. Es verdad que España será favorita sea el que sea el que esté al otro lado del parqué.

Pero jugar contra el anfitrión, un partido a vida o muerte, no parece la hoja de ruta ideal para nadie. Porque en ese caso el reto no sería ganar a Turquía. El reto sería ganar a Turquía en Turquía. Y eso ya sí son palabras mayores. A mí, al menos, me da más respeto eso que un hipotético cruce con una selección de Letonia que está jugando muy bien, sí; que tiene cinco o seis jugadores de mucho nivel, sí; pero que no deja de ser un equipo más de este Europeo en el que excepto España y la sorprendente Eslovenia, por cierto, nadie llega «virgen» en derrotas a las eliminatorias finales.

Y ¡ojo! todo esto sin hablar del arbitraje. Y no es por por llorar antes de tiempo. Pero ahí tampoco hay color. El Fenerbahce Arena de Estambul se llenará hasta la bandera de un público que aprieta de lo lindo y que puede «acongojar» a unos árbitros que tampoco son, por cierto, los mejores del continente. Lo dicho, ¿Turquía en octavos de final? No, gracias.