La selección española buscará en esta Eurocopa de Francia seguir manteniendo vivo su idilio con un campeonato en el que suma tres victorias, las dos últimas de forma consecutiva. La Roja afronta esta nueva edición del torneo continental con una presión similar a la de hace cuatro años en Ucrania y Polonia, ya que deberá defender el título de campeona, pero aunque lo hará ya sin ser aquél combinado inmerso en una tremenda dinámica ganadora y con una necesaria y obligada renovación que tendrá en este campeonato su primer gran examen. [Sigue en directo todos los partidos de esta Eurocopa]

El año 2008 supuso un punto de inflexión en la historia de la selección española. La Eurocopa celebrada en Suiza y Austria puso fin a las fatalidades y penalidades que durante años había sufrido la Roja en los campeonatos internacionales. Desde que en 1964 España se coronase campeona de Europa gracias al célebre gol de Marcelino en la final contra la URSS, los astros parecían haberse conjurado en contra de la selección nacional, incapaz de ofrecer ninguna alegría a sus aficionados.

Pero en 2008, 44 años después del mayor éxito que hasta esa fecha había logrado la Roja, todo cambió para España. En aquella edición, el combinado nacional dio lustre a una generación de futbolistas inolvidables, liderados entre otros por Casillas, Puyol, Xavi, Iniesta, Villa, Torres...

En Suiza y Austria, la selección española se resarcía casi un siglo más tarde de aquel maldito gol a Arconada en la final de París y abría su senda triunfal de éxitos.

Luis Aragonés, criticado tras la eliminación en el Mundial de Alemania del 2006, forjó un equipo que fue de menos a más en la fase de clasificación y que en la Eurocopa del 2008 puso fin a su maldición de los cuartos en una emocionante tanda de penaltis ante Italia. La exhibición ante Rusia dio paso a una final contra la potente Alemania, decidida por la poderosa carrera de 'El Niño' Torres.

Aquella victoria pareció despejar todas las fatalidades de España. Definitivamente, la Roja confirmaba que se había convertido en un equipo ganador que había dejado atrás sus fatalidades.

La victoria en la Eurocopa del 2008 no fue un triunfo cualquiera. No supuso un punto y final, sino el primer éxito de una generación que encandilaría por su forma de jugar. España dominaba los partidos gracias al buen trato al balón y a los continuos y endiabladamente rápidos pases que daba un centro del campo irrepetible, en el que los Xavi, Iniesta, Silva, Sena, Cazorla atrajeron la admiración de todo el mundo, boquiabierto ante lo que hacía, ahora sí, la Roja.

Imagen de la celebración de los jugadores de España de la Eurocopa del 2008.

La mentalidad ganadora de Luis Aragonés abrió un camino que Vicente del Bosque fue capaz de mantener. Un sabio por otro. Con el técnico salmantino, la Roja llegó al cenit ganando el Mundial y con él toda una generación de futbolistas grabó su nombre en letras de oro en la historia del fútbol. Para ello, una de las virtudes de Del Bosque fue hacer los menos cambios posibles. A la España de la Eurocopa se añadieron nombres como Busquets, Mata, Piqué, Llorente o Javi García. Pero la idea era la misma y los motores de la selección también: Xavi llevando el tempo del equipo, Villa marcando los goles e Iniesta resolviendo partidos como la final del Mundial de Sudáfrica ante Holanda.

Dos años después de aquella histórica participación en tierras africanas, España afrontó la Eurocopa del 2012 en Ucrania y Polonia con el objetivo de convertirse en la primera selección en encadenar Eurocopa-Mundial-Eurocopa.

En aquel campeonato, España sufrió para superar la fase de grupos, pero a partir de ahí fue muy sólida. Se deshizo con solvencia de Francia en cuartos y de la Portugal de 'CR7' en una tanda de penaltis con Ramos lanzando a lo Panenka. Todo el mundo esperaba a Alemania en la final, pero Italia sacó su carácter competitivo y fue el rival. La 'Azzurra' había creado muchos problemas en la primera fase, pero fue arrollada en la final (4-0). España hacía historia.

Pese al fracaso de hace dos años en el Mundial de Brasil, la afición española vuelve a afrontar esta nueva Eurocopa con renovado optimismo. Si de algo han servido los títulos de estos últimos años ha sido para cambiar el ánimo de los jugadores y la afición cuando se habla de la Roja. España ya no ve a su equipo de fútbol como una víctima segura en el antaño muro de cuartos, sino como uno de los favoritos para alzarse con la victoria en cualquier torneo.

También en esta nueva Eurocopa de Francia, en la que la selección española buscará seguir ampliando su leyenda y seguir encandelando a una afición que ya ha olvidado los fracasos del pasado y sólo piensa en seguir soñando con los éxitos de la Roja.

Una España renovada a medias

Para esta Eurocopa, del Bosque ha vuelto a confiar en su columna vertebral, con 13 que ya estuvieron en el pasado Mundial, y 10 que defenderán título, por encima de su estado de forma, lo que ha permitido la inclusión de jugadores ya muy expertos con 'savia nueva' como Nolito, Bellerín, Bruno Soriano, Morata o Lucas Vázquez.

El principal dilema para el salmantino reside en la portería donde debe decidir entre el aura que desprende el capitán Iker Casillas o la pujanza de su seguro relevo que representa David de Gea, ya presente en Brasil. Atrás, sin apenas centrales, Sergio Ramos y Gerard Piqué deberán aparcar sus 'diferencias' para formar una potente dupla respaldada por dos laterales ofensivos como Juanfran y Jordi Alba.

En el centro del campo aparece mucha variedad, pero parece que son 'intocables' Busquets, en un gran estado de forma y sin tener que pensar en su futuro, Iniesta, llamado a ser el líder del combinado nacional, y Silva, con muchas alternativas con Bruno, Thiago, Koke y un Cesc que no ha tenido su mejor año pero que siempre puede ser el recurrido 'falso 9'.

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Arriba está la otra gran duda. Del Bosque descartó, contra todo pronóstico al discutido Diego Costa, su apuesta para el Mundial, y a Alcácer, una de las apuestas para la renovación, confiando el '9' a un joven como Morata, brillante con la Sub-21 y maduro tras su marcha a la Juventus, y todo un veterano como Aduriz, gran goleador nacional a sus 35 años y ante su gran oportunidad. Ellos deben ser la referencia ofensiva, acompañados por un Nolito, un jugador 'distinto', con gol, desborde y desparpajo, dispuesto a ejercer ese papel de sorpresa que el seleccionador ya usó con Busquets, Pedro o Alba.