Muchos me podréis decir que es una buena idea guardar el dinero en un buen colchón o una buena viga, pero seamos sinceros, aunque nuestros mayores digan que es un sitio seguro, realmente no lo es tanto. Lo peor es que tampoco se puede decir hoy en día que esta o aquella entidad sea segura a tenor de las cifras de rescate de las que se hablan y de que las entidades financieras pueden pedir dinero al fondo europeo en mayor número de lo inicialmente esperado.

Lo que sin dudas queda claro es que aquello de que es bueno ‘invertir en ladrillo’ creo yo que habrá quedado para la historia aunque en realidad puede que hoy por hoy haya gangas, pero como no se sabe cuál será el suelo de la vivienda aún, casi mejor no invertir en ladrillos.

¿En qué guardar nuestros ahorros?

Respuesta rápida y concisa: en un producto sin riesgo. Visto como está el panorama de las últimas aventuras financieras de las entidades con sus productos ‘ad hoc’ para enganchar al cliente, es obvio que recomiendo no exponer ni un solo euro de nuestros ahorros a algo que suele a ‘variable’, ‘referenciado’ o vinculado’. Lo siento, pero quien quiera especular deberá de asumir las posibles funestas consecuencias posteriores. Por lo tanto depósitos bancarios tradicionales, cuentas remuneradas o libretas de ahorro de toda la vida se me antojan los productos en los que debemos invertir nuestros ahorros en estos momentos.

¿Cómo guardarlos?

Y me refiero a la facilidad que pueda tener si llegado un momento negativo debo de recurrir a ellos. No considero que sea inteligente el hecho de dejar nuestro dinero a un plazo muy elevado de tiempo a tenor de cómo está el panorama. Las entidades financieras de hecho están promocionando mucho sus depósitos a 6 y 12 meses, con lo cual nos puede indicar una dirección del plazo que podemos escoger. Si necesitas el dinero antes del vencimiento del depósito, no creo que sea bueno el que nos cobren una comisión por ello que, en algunos casos, es similar a los intereses que nos deberían de pagar por haber contratado el depósito con lo cual hemos dejado nuestro dinero para que la entidad financiera gane doblemente. La idea por lo tanto de cómo guardar nuestros ahorros pasa por escoger un depósito a corto plazo (6-12 meses) que no tenga penalización por su cancelación de forma anticipada. Otra opción sería el uso de las cuentas remuneradas, que ofrecen un buen tipo generalmente durante unos meses por encima de los depósitos en ocasiones para asado este tiempo reducir la remuneración por debajo de los tipos de los depósitos a plazo fijo. No obstante, son productos que ofrecen completa liquidez y total disponibilidad de los saldos que en ellas haya sin que se deba de pagar ningún tipo de penalización o comisión por ello.

Una opción para los que acostumbre a usar la Deuda Pública es la de meter el dinero en Letras del Tesoro que ofrecen una rentabilidad interesantes pero ojo que no se pueden cancelar antes del vencimiento

¿Dónde guardaros?

Pregunta del millón que con frecuencia me pregunta la gente. Si parimos de un sector financiero altamente dependiente del ladrillo en todas las entidades, y si lo que nos fiamos es de las cifras, con toda seguridad me decantaría por una entidad que tuviese el coeficiente de cobertura adecuado, el ratio de capitales holgado y una tasa de morosidad reducida. Pero todo esto teniendo en cuenta que también Lehman Brothers era una entidad AAA y a los dos días quebró.

Para saber dónde guardar nuestros ahorros es importante el analizar la experiencia que hayamos tenido como clientes de entidades financieras hasta la fecha, lo cual nos indicará por un lado cual es el camino a seguir.

Por otro está claro que será el de estar continuamente informados de las noticias que salen de las diferentes entidades y que podrán hacer que cambiemos de parecer de nuestro lugar donde guardar los ahorros de la noche a la mañana.

Yo lo siento mucho, pero lo que sí sé es dónde no metería mis ahorros y es en cualquiera de las entidades que ha pedido ayuda al Estado para sobrevivir. Eso es solo el indicador de una mala gestión previa y puede que la punta del iceberg.

José Luis del Campo Villares, iAhorro.com