El pasado mes de octubre Sergio Zanatello, un italiano de 36 años afincado en Puerto del Rosario, fue descubierto muerto en su domicilio colgado de una soga. La versión oficial apunta a una muerte violenta de carácter suicida, pero sus padres se resisten a aceptar los resultados de los informes judiciales y policiales.

Bruno y Dora no dudaron en desplazarse desde la ciudad italiana de Verona hasta Fuerteventura después de dar sepultura a su hijo Sergio. Aparcaron el dolor y la tristeza que les atrapa y se llenaron de valor para desplazarse hasta la isla para tratar de averiguar todo lo relacionado con la muerte de su vástago.

A pesar de que conocían perfectamente el entorno de su hijo, ya que habían estado hace algunos meses en la Isla, no dudaron en entrevistarse con sus amigos, compañeros de trabajo, sus jefes, e incluso acudir a los Juzgados de Puerto del Rosario y la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en busca de la verdad. "Sergio era una persona sana, divertida y extrovertida. No tenía motivos ni económicos, ni familiares, ni sentimentales, para quitarse la vida. Era un hombre muy vinculado a su familia, especialmente a sus padres e hijas", señaló Dora.

Bruno y Dora se han dedicado en cuerpo y alma durante los días que llevan en Fuerteventura a buscar alguna razón que pueda explicar la decisión de Sergio y sostienen con firmeza que mantienen sus dudas "de que no se quitó voluntariamente la vida".

La principal duda la encuentran en un e-mail que supuestamente Sergio remitió horas antes de su muerte a una mujer con la que mantenía una relación sentimental "el mensaje no lo pudo mandar Sergio porque ni tenía ni sabía utilizar Internet y además el estilo de escribir no es propio de él, ni su manera de expresarse", señala la madre. Además, apunta que "es extraño que en el mensaje no ponga bien su apellido. Es muy extraño".