La llegada de aves exóticas a Fuerteventura desde hace aproximadamente diez años, coincidiendo con la creación de núcleos zoológicos en la isla está poniendo en grave peligro el ecosistema insular. Especies invasoras que compiten a la hora de buscar alimentos con las autóctonas y que a su vez introducen parásitos y bacterias que pueden dañar el ciclo digestivo de éstas.

Además, suelen tener un fuerte poder colonizador, debido a su eficacia reproductora y su fácil adaptación a los nuevos hábitats.

La isla, declarada Reserva de la Biosfera el pasado mes de mayo, cuenta con nueve Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). En algunas de ellas como el Saladar de Jandía se ha visto en los últimos tiempos como distintas variantes de loros compiten con aves de paso como la garza y la gaceta o con endémicas como la tarabilla majorera.

Una de las aves que está viéndose afectada por la aparición de especies externas a su hábitat es el cernícalo. Esta especie subendémica de la Isla suele nidificar en las palmeras, pero desde hace unos años tiene que competir por el territorio con la cotorra de Kramer y la grulla.

Asimismo, otras especies invasoras como el miná común se han instalado perfectamente en las zonas de Tarajalejo, La Lajita y Corralejo.

La bióloga del departamento de Medio Ambiente del Cabildo de la isla, Ana Bella Calero, insiste en las graves consecuencias que pueden ocasionar estas especies invasoras en el medio natural de Fuerteventura.

"Algunas de estas aves, mientras se adaptan al hábitat, ocasionan una serie de desperfectos en el suelo. Además, su adaptación puede ser a costa de que especies endémicas de la Isla desaparezcan, ya que éstas son más competitivas tanto a la hora de buscar alimento como un lugar donde poder nidificar", recuerda Calero.

Pero el problema no es sólo las aves que han huido de los centros de ocio, sino especies que se encuentran en domicilios particulares. Éste es el caso del bulbul orfeo cuya presencia está constatada en Corralejo y Parque Holandés, ambas en el municipio de La Oliva, posiblemente por haberse escapado de algún domicilio particular y que han quitado el lugar de nidificación al gorrión.

El biólogo Bernardo Rodríguez insiste en el peligro que están ocasionando especies como la gallina de Guinea cada vez más extendida en Fuerteventura. Ésta se ha asilvestrado, tras ser soltada de granjas y está apartando de su territorio a especies endémicas como los alcaravanes y la avutarda.

"Estas aves no sólo depredan los huevos de las especies autóctonas, sino que además pueden transmitir enfermedades de corral a las aves por lo que ponen en peligro su supervivencia", matiza Rodríguez.