El colegio San José de Calasanz, en Puerto del Rosario, que fue inaugurado el pasado viernes por el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, mantiene en el interior de su perímetro un transformador de energía de alta tensión cuyo campo magnético podría afectar a la salud de los alumnos, según han denunciado algunos padres y vecinos.

En abril de 2006 el centro fue clausurado por la consejería de Educación al detectar graves problemas en la techumbre que era de amianto, un material altamente cancerígeno. Posteriormente, el colegio fue demolido por completo y tras tres años de obras recobró su actividad el pasado mes de septiembre con el inicio del curso escolar.

Sin embargo, el transformador de energía de alta tensión, que fue construido a principios de los años 70, sigue activo, aunque el Gobierno de Canarias ha adjudicado la obra de demolición y traslado de la citada estación transformadora por un presupuesto de 108.288,96 euros y un plazo de ejecución de 18 meses, los trabajos todavía no han comenzado.

Roberto Hernández, profesor de Secundaria, y varios padres, denuncian el peligro potencial de este transformador junto al centro, señalando que "a lo largo de la historia del colegio han sido afectadas unas diez personas de cáncer". Añade que " actualmente un profesora y tres alumnos se encuentran en tratamiento contra esta enfermedad". Además, afirma que "pedimos al alcalde Marcial Morales que no abrieran el centro hasta la retirada de la estación de alta tensión".

El director del colegio San José de Calasanz, Gregorio Fulgencio, aseguró ayer que "no tenemos constancia de que existan ni profesores ni alumnos afectados de cáncer. Han existido algunos casos hace años, pero no ha sido probado médicamente que tengan relación con el transformador".