La inmensidad de la playa de Sotavento, en el sur de Fuerteventura, fue finalmente el enclave elegido por el príncipe Haakon Magnus de Noruega para dedicarse por entero a la práctica de uno de sus deportes náuticos favoritos, el kitesurf, disciplina a la que, por otro lado, le aficionó su amigo Kyril Saxe-Coburg, segundo hijo del depuesto rey Simeón de Bulgaria.

El día no había amanecido tan bueno como podía prever la comitiva real. El viento que el príncipe había disfrutado en su primera toma de contacto, el viernes por la tarde, pasó de soplar con fuerza siete a fuerza cuatro durante la mañana de ayer, lo que no le impidió lanzarse al agua, casco incluido y cabalgar durante una hora las olas a lomos de su tabla .

El esposo de Mette Marit no iba a desaprovechar la escapada en solitario por muy poco viento que hiciese. Por ello, a las once de la mañana ya se encontraba preparando todo el equipo en compañía del instructor del René Engli Center, la escuela de kitesurf y windsurf en la que había alquilado el material.

Sus dos guardaespaldas, también vestidos con los trajes de neopreno para pasar desapercibidos, vigilaban muy de cerca la evolución de Haakon en el mar y, cuando este salió del agua, con una sonrisa de oreja a oreja, le escoltaron hasta la entrada de la conocida escuela náutica majorera.

Momentos antes, el director del centro negaba que el heredero de la corona noruega se encontrase en sus instalaciones e intentaba mantener a salvo lo que ya se había convertido en un secreto a voces en la Isla, que Haakon de Noruega había elegido Fuerteventura, lugar donde se realiza el Mundial de Windsurf y Kitesurf, para disfrutar de unos días pegado a su otro amor, el kiteboarding.