La montaña de El Aceitunal, en el municipio de Puerto del Rosario, volverá a ser sometida a una nueva prueba de reforestación para frenar el alto nivel de desertización que sufre la isla majorera. Un total de 1.200 arboles serán plantados en el citado proyecto cuya principal amenaza no solo es el agua, sino las numerosas cabras que pastan sin control en la zona.

Un proyecto de la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura, ejecutado desde la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo, se viene centrando en los últimos meses en la reconstrucción de las antiguas estructuras de cultivo que abundan en la citada montaña, especialmente muros y cadenas, que se usaban para contener y aprovechar el agua de lluvia y de escorrentía. La intervención en la reforestación integral de la zona se completa con la plantación de árboles frutales de tipología silvestre como morales, higueras, almendreros, granaderos y olivos.

La consejera de Medio Ambiente del Cabildo majorero, Natalia Évora, asegura que "se trata del mayor proyecto que se ha realizado hasta el momento en Fuerteventura, si tenemos en cuenta que hablamos de combinar en una misma iniciativa dos acciones como la recuperación de estructuras de interés etnográfico y la rehabilitación ambiental y reforestación".

Évora, que visitó ayer la zona para seguir el desarrollo de los trabajos, precisó que las medidas adoptadas "van a permitir frenar la erosión en esta zona atendiendo a un proceso sencillo aunque trabajoso debido a lo escarpado del terreno, basado en la reconstrucción de las estructuras que hasta hace unas décadas proveyeron de un medio de subsistencia a los agricultores de la Isla. Volver a levantar los muros que forman las cadenas, nateros, etc., permitirá en adelante contener no sólo el agua de lluvia, sino también conservar en la montaña todo el material sedimentario que arrastra la escorrentía".

A pesar de que cada uno de los frutales plantados se acompaña con la instalación de una malla metálica de protección que bordea la planta para evitar el ramoneo por parte del ganado y otros animales silvestres, se teme que no evitará la acción descontrolada de las cabras que ya devoraron hace cuatro años un proyecto similar.