Un impostor suplantó la identidad de Domingo González Arroyo, líder del PPM, para colgar graves amenazas en su muro de Facebook, una acción denunciada por el propio Arroyo en el juzgado tras ser alertado por la llamada de un amigo que recibió uno de los mensajes. La policía investiga el IP o número identificador del ordenador desde donde se enviaron los correos.

"Búscame a un sicario para cargarnos a estos. Ya arreglaremos". Este es uno de los mensajes que salieron de la cuenta del político majorero y que fue recibido por un amigo que le alertó de lo sucedido. Arroyo puso en conocimiento del juez de guardia que le habían robado las claves de acceso de su cuenta en Facebook y le habían suplantado su identidad. Preguntado sobre quién conocía las contraseñas, apuntó, hacia su expareja, María Dolores Martínez, aunque no la acusó. El pasado lunes Martínez tuvo que comparecer en los Juzgados majoreros para declarar sobre el caso de las claves de Facebook.

El exalcalde de La Oliva compareció el pasado martes en la comisaría de Policía de Puerto del Rosario para responder ante la denuncia por violencia de género presentada por su excompañera sentimental. Por ello, Arroyo fue conducido al Juzgado, en calidad de detenido, hasta su comparencia judicial. La juez archivó la denuncia por falta de pruebas.

González Arroyo y María Dolores Martínez mantuvieron una relación sentimental durante 21 años durante la cual tuvieron seis hijos.

El pasado lunes, Martínez interpuso en la comisaría de policía una denuncia por maltrato familiar durante sus años de convivencia. En el texto de la misma se realiza un recorrido por los distintos episodios que, a juicio de la expareja, sufrió durante los meses de verano.

Uno de ellos tuvo lugar el 30 de agosto cuando se trasladó con Arroyo hasta Playa Blanca, en la capital majorera, donde se produjo una fuerte discusión entre la pareja. El segundo enfrentamiento se produce al mes siguiente a través de una llamada telefónica y el tercero, el pasado 16 de octubre, cuando la expareja del político alega que recibió cerca de su domicilio amenazas al apuntar Arroyo con sus dedos hacia el cuello desde el interior de su coche.

Tanto la fiscal Ana Climent como la jueza Francisca Fustero acordaron el sobreseimiento y el archivo de la denuncia por falta de pruebas y por las versiones contradictorias de las partes. También rechazaron la orden de protección pedida por Martínez.