La participación del Regimiento de Infantería Soria 9 en la misión de paz en Afganistán ha supuesto un alto coste para su tropa. Cuatro muertos y una docena de heridos, algunos con importantes mutilaciones, han derramado su sangre a manos de los talibanes, aunque ha sido en el país asiático donde ha contabilizado sus peores registros. Demasiado dolor y pérdida para una disfrazada misión humanitaria. Los soldados españoles se encuentran participando en una real y cruel guerra.

Sin embargo, sobre los mutilados de guerra del Soria 9 y del Ejército español en general se cierne un futuro incierto. La legislación actual les impide continuar la carrera militar. Solo tienen derecho a una indemnización y a la máxima pensión por sus secuelas en acto de servicio.

Algunos heridos y mutilados de guerra han denunciado públicamente que el Ejército, según aseguran, "te remite al olvido. Ya no sirves, aunque estés preparado y puedas seguir realizando otras funciones compatibles con tu nueva situación física, que no de incapacidad".

Tras el atentado del 18 de junio del pasado año, cuando un artefacto explosivo hizo saltar por los aires el blindado donde patrullaban militares del Regimiento de Infantería Soria 9, que provocó que el teniente Agustín Gras y la soldado Jennifer García sufrieran la amputación de una de sus piernas, se ha abierto el debate sobre la necesidad de modificar la legislación actual para que puedan continuar en la carrera militar aquellos heridos que puedan aportar sus conocimientos al Ejército.

El Ministerio de Defensa ya estudia la posibilidad de que los lisiados de guerra puedan continuar en activo vistiendo el uniforme militar, y que a los demás se les permita mantener una vinculación honorífica con los Fuerzas Armadas.

El teniente Agustín Gras, de 25 años, con una vocación militar desde la infancia, no se resiste a tener que abandonar la vida militar. En septiembre del pasado año, tras serle impuesta la medalla de oro de Melilla, junto a uno de sus hombres heridos en el mismo atentado, el soldado Ibrahin Maanan, señaló durante su alocución: "Deseamos fervientemente continuar sirviendo, pues ha sido, es y será nuestra vocación y nuestro afán".

Conciencia

Aquel deseo de Agustín Gras Baeza fue recogido por el presidente de la ciudad de Melilla y senador del Partido Popular (PP), Juan José Imbroda, quien reivindicó un cambio en la legislación para que la figura del mutilado de guerra sea contemplada. "El teniente Gras ha conseguido ser la conciencia de los deberes públicos, que, con su ejemplo, se han puesto a trabajar en la necesaria y justa respuesta a una cuestión a la que se estaba dando de lado", señaló.