María, Jacinto, Julio y Sara son cuatro de las ocho tortugas bobas que ayer regresaron de nuevo al mar en la playa de Cofete. El lugar no era ni extraño ni ajeno para ellas. De entre la rubia arena de la paradisiaca playa majorera nacieron hace poco más de un año tras permanecer enterrados los huevos que fueron transportados en helicóptero desde la isla de Boa Vista, en Cabo Verde. Desde ayer, navegan en libertad y provistas de un chip. Si logran sobrevivir en un hábitat plagado de depredadores, podrían retornar dentro de 15 o 20 años para nidificar.

El encuentro internacional de tortugas, dentro del programa europeo Pelagos, que se ha venido celebrando en Fuerteventura, con la participación de especialistas de Cabo Verde, Canarias, Valencia, la Estación Biológica de Doñana y de la Reserva de la Biosfera de Fuerteventura, se clausuró ayer con la liberación de ocho quelonios que permanecían en la Guardería de Tortugas, ubicada en Morro Jable, desde la eclosión de los huevos enterrados en diversos nidos en Cofete.

La viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, Guacimara Medina, que también participó en la suelta de tortugas, anunció, que su departamento, en el marco de esta iniciativa "intentará llegar a los centros escolares para iniciar la concienciación en torno a la importancia de la protección del medio ambiente y, especialmente, del cuidado de este tipo de animales a los que la presión humana en su hábitat les está poniendo en riesgo de extinción".

La anécdota llegó de la mano del director general de Medio Ambiente de la República de Cabo Verde, Moisés Borges, que bautizó a la tortuga que soltó con el nombre de María en homenaje a su hija. Borges, señaló, que las tortugas "tienden a variar sus lugares de anidamiento en su búsqueda de aguas más frías cuando su hábitat natural se calienta y, ante esa realidad, se hace cada vez más viable que los trabajos para la reintroducción de esta tortuga en Canarias sea una solución para garantizar el futuro de esta especie al abrírsele nuevos espacios naturales a los que, las tortugas que ahora se sueltan, puedan volver a poner sus huevos".

Inicio

El programa de reintroducción de la tortuga boba o Caretta caretta en Fuerteventura se inició en el año 2006 en virtud de un convenio de colaboración entre el Cabildo majorero, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), el Gobierno de Canarias, el Ministerio de Medio Ambiente y el Gobierno de Cabo Verde.

Durante los años en que se ha venido desarrollando este proyecto se han soltado en la isla un total de 600 tortugas, mientras que actualmente permanecen en la Guardería un centenar de ejemplares.