Los cuatro kilómetros que separan al pueblo de El Cardón, en el municipio de Pájara, del santuario de la Virgen del Tanquito, situado en la cima de la montaña, volvieron ayer a poblarse de cientos de romeros ataviados con los trajes tradicionales que subieron la imagen de su Patrona a hombros por las empinadas veredas y caminos para depositarla en el interior de la gruta natural donde la leyenda popular sitúa su aparición. Una edición más, ayer era la trigésima tercera, la participación rompió todos los pronósticos.

Desde primera hora de la mañana los romeros llegaron al pequeño pueblo para participar en una de las romerías más populares de la Isla. Tras sacar los vecinos de la ermita la imagen de Nuestra Señora del Tanquito, enfilaron hacia la vereda que conduce hacia la montaña donde se encuentra el pequeño santuario, ubicado en una pequeña galería de agua. Los peregrinos, cantando y tocando los instrumentos tradicionales, transportaron la imagen, por la empinada y polvorienta vereda, labor en la que se fueron turnando. Quienes tenían alguna promesa intentaban auparla a sus hombros durante parte del tramo, eso sí, con el permiso de los vecinos, que son los fieles guardianes de la Virgen.

Durante el recorrido existen tres descansaderos, limitados por círculos de piedras, donde los romeros depositan la imagen de la Patrona y cantan y bailan en torno de la misma. No faltan en estos descansos el buen vino o un pizco de ron para mitigar el cansancio, aunque la mayor parte apuesta por agüita fresca.

Una vez que la comitiva llegó a la cima, los vecinos depositaron a la Virgen en el interior del santuario donde los más devotos le rezan y le hacen sus promesas. También le depositan flores o le encienden velas en señal de devoción y agradecimiento. Es el momento de la devoción infinita a la Patrona.

Entullo

Los vecinos prepararon un almuerzo para los romeros. Jareas, chuletas, tostadores de carne de cabra, gofio amasado, papas arrugadas, queso majorero y una gran variedad de postres. Por la tarde, llegó el regreso. A la entrada al pueblo un grupo de vecinos portaban la imagen del Corazón de Jesús, que espera la llegada de la Virgen del Tanquito. De nuevo, al camerino.