Puerto del Rosario tributa esta noche un homenaje al comercio tradicional, especialmente, a las tiendas familiares que formaron parte del tejido empresarial del viejo Puerto Cabras. El reconocimiento se realiza a tres establecimientos con más de 30 años de existencia y que aun en la actualidad permanecen abiertos al público.

Las calles de la capital han acogido numerosos negocios que han ido cerrando sus puertas con el paso de los años. Todavía se recuerda con especial añoranza las tiendas y bares de los Peñate, los Castañeyras, El Canario, Genaro Cardona, Sinforiano Herrera, Las Afortunadas, Andrés Fabricio, Cecilio de León, Confecciones Lolina, María Berriel o la de Juan Tadeo, entre otras. Sin embargo, solo tres han permanecido abiertas hasta ahora, especialmente las de Carlitos Vera y Tina Soler, aunque también se encuentra la de Pepe Hierro, que a pesar que dejó de despachar hace años cada día abre sus puertas aunque sus estanterías estén vacías.

La concejala de Comercio y Turismo de la capital, Peña Aguiar, señaló, que "es un reconocimiento a aquellas tiendas de alimentación que marcaron toda una época en esta ciudad y que en algunos casos han sobrevivido hasta ahora". Además, añade, que "muchas generaciones pasaron por sus mostradores y gracias a ellas podíamos servir la mesa con cierta variedad, vestirnos, limpiar la casa o ponernos una colonia..., y hasta encargar los juguetes para la noche de Reyes... Todos esos productos y artículos estaban en la tienda de la esquina y todas llevaban el nombre de su propietario o propietaria, sin más reclamos publicitarios".

La tienda de Carlitos Vera lleva 71 años abierta al público. Primero en la zona portuaria de El Refugio, en la calle Eustaquio Gopar, luego en la calle García Escámez, más tarde a la calle León y Castillo, en la esquina Guize, y a principios de los años 70 el comercio se traslada a su actual ubicación en la calle Jesús y María, donde sigue regentada por su hijo Juan.

Carlos Vera ( 1910-1990) y su mujer Victoria Barrios ( 1921-2012) fueron dos emprendedores en tiempos difíciles, pero a pesar de ello supieron abrir mercado hasta otras islas, como "el queso que recogía en los pueblos, de los ganaderos y los enviaban al Mercado Central de Las Palmas donde los distribuía un pariente", señala, su hijo Carlos.

Pepe Hierro abrió su tienda en la capital en 1948 donde fue un referente en la venta de pescado, no en vano llegó a ser propietario de una flota de diez barcos que faenaban en el banco canario-sahariano. Hace 16 años, fecha en que se jubiló, que dejó la actividad comercial. Sin embargo, cada día abre las puertas de par en par, aunque las estanterías de madera se encuentren vacías.

Tina Soler, otra de las homenajeadas, abrió su tienda en la Barriada Isla Canarias, junto a su hermano Emilio en 1971, aunque ya llevaba abierta 13 años antes al frente de la cual se encontraba Juan Arias. Tras 41 años detrás del mostrador, Tina forma parte de la historia del barrio "las madres venían con los niños pequeños a pesarlos en mi pesa". Le encanta que la llamen tendera "es la profesión que elegí y me siento orgullosa".