La Virgen del Buen Viaje, que según la tradición da protección y guía a los marineros de El Cotillo fue recibida con parrandas, vivas y aplausos en el muellito. Bajo un sol abrasador y calor cientos de vecinos, turistas y majoreros se agolparon para ver embarcar a la patrona con mucha alegría y el grave sonido de las bocinas de los barquillos. El marinero Paco Pérez engalanó su Francisco Segundo para llevar a la Virgen en la procesión marítima.

Alrededor de una treintena de barcos acompañó a la patrona en su paseo marinero. Todo ello bajo la atenta mirada de los profesionales del mar ya retirados, quienes recuerdan cómo eran las fiestas del Buen Viaje antiguamente y como han cambiado. "Antes eran barcos de vela, y creo que se llegó a sacar a la Virgen a remo porque el primer motor llegó a Cotillo en el año 1958", asegura Agustín Méndez Umpiérrez. Según sus recuerdos, algunos confusos, hace unos 50 o 60 años se podían contar hasta 40 barcos de pesca en esta localidad y se amarraban en la playa "y se pasaban muchas fatigas". Mientras que en la actualidad los profesionales que trabajen todo el año "se cuentan con los dedos".

Agustín vivió la época en la que la Virgen se sacaba a hombros y los bailes eran en casa Nazario, y en las casas en general. Eso sí, este día siempre se hacían los trueques y se cambiaba el pescado por la carne para comer en las casas el puchero -insiste-. Años en los que los que se portaban "los mechones de fuego para salir a pescar y mariscar". En el día grande "venía la gente de toda la Isla en carros con burros, camellos para ver a la Virgen".

Otro gran pescador que se conoce todos los caletones de la mar del Norte es Fernando Benítez. "Salía con mi Estrella a Los Roquecillos, Tebeto, Garañones con viento, con mala mar y pedía a la Virgen y a todos los santos volver a salvo a casa a ver a la familia, y pasé muchos apuros", describe emocionado. Una profesión que aprendió de su padre y de su abuelo y que su hijo Fernando ha heredado en la actualidad. A sus 68 reconoce que ha sido un gran pescador de viejas, y que la profesión lo llevó a trabajar en los buenos tiempos en los barcos de cabotaje, "y también me enrolé en los atuneros que salían hasta Venezuela. Un día vinieron a buscarme el patrón y marineros a mi casa de El Cotillo para volver a trabajar al extranjero, pero mi mujer ya no quería (que en paz descanse) y ya no fui más, se pasaban muchas fatigas", cuenta Benítez. Para él y para toda la familia el día grande de las fiestas es algo especial "es un día alegre y muy familiar".

De los nietos de la histórica Mariquita Hierro, Manuel Cabrera con el barco de lista tercera La Marisma y su hermano Paco en el Navega Mas salen cada día para traer el pescado a su restaurante. "Este año no hemos acompañado a la Virgen en la procesión porque tenemos mucho trabajo, pero somos de los pocos que nos mantenemos con esta actividad durante todo el año, aunque no le vemos mucho futuro", afirman. La fiesta sigue esta semana con el asadero de jareas y la procesión nocturna.