La vida de José Francisco Gutiérrez Goyes (Las Palmas de Gran Canaria, 1990) ha dado un giro inesperado desde que hace unas semanas arriesgó su vida para salvar a una mujer y su hijo con síndrome de Down de un incendio en el interior de una vivienda en Puerto del Rosario. Desde entonces, este soldado profesional del Regimiento de Infantería Soria 9, apenas logra conciliar el sueño y le viene a la mente de forma continuada aquella dantesca imagen del fuego devorando el domicilio de Mercedes y Alberto y de sus esfuerzos para rescatarlos. La heroica acción tuvo su repercusión en el cuerpo del militar: heridas en sus manos, en una de ellas de primer grado, inhalación de humo y permanecer ingresado en un centro hospitalario durante 24 horas, así como dos semanas de baja laboral.

José Francisco, soldado profesional desde hace seis años y destinado en la Plana Mayor del citado Regimiento, se encontraba paseando por el barrio del Charco con su mujer, Romina, y su perro, llamado Cima, cuando oyó los gritos de auxilio de Mercedes Fernández González, que pedía ayuda porque su casa se estaba quemando y su hijo se encontraba atrapado en el baño.

El soldado Gutiérrez no lo pensó dos veces. Con la ayuda de un joven llamado Ubay Báez comenzaron a alertar al resto de viviendas para desalojar el edificio e inmediatamente rompió la puerta de acceso y sacó a la mujer. Esta comentó que dentro se encontraba el pequeño Alberto, de 14 años. "Cuando me dijo eso me volví loco. No pensé en ningún momento en el peligro que podía correr. Yo también soy padre y sé lo que significa un hijo". Además, añadió, que " el humo ya había inundado toda la vivienda, por lo que me puse un trapo mojado en la boca y reptando logré llegar hasta el baño. Alberto estaba escondido porque estaba muy asustado; me costó encontrarlo porque no se veía nada; no respondía a mis llamadas hasta que logré tocarlo con mis manos y rescatarlo. Se me abrazó con fuerzas porque estaba muy asustado. No pude tranquilizarlo porque no podía articular palabra por los efectos del humo".

La acción valiente del citado soldado le pasó factura. Heridas de primer grado en una de sus manos, una intoxicación por inhalar humo y pérdida de conocimiento. Tras desmayarse fue inmediatamente evacuado en ambulancia hasta un centro hospitalario de la capital majorera, donde permaneció ingresado todo un día. Tras ser dado de alta, se recupera satisfactoriamente de sus heridas. "Aunque tardaré mucho tiempo en olvidar esto. Tengo que reconocer que pasé miedo al principio pero lo superé de inmediato porque mi objetivo era salvar las vidas de Mercedes y Alberto. Cuando te enfrentas a un siniestro como este te olvidas del riesgo que puedes correr", señaló José Francisco.

El soldado Gutiérrez reconoce que en el ejército les preparan "para afrontar situaciones extremas, el adiestramiento que recibimos en el Regimiento Soria 9 me ha servido para salvar las vidas de estas dos personas, aunque cuando hay niños involucrados la situación se hace más difícil. Gracias a Dios, están sanos, que es lo más importante. El dolor de mis heridas las he superado con la satisfacción de saber que la madre y el niño están bien". También, agregó, que "no solo somos militares dentro de los cuarteles, sino también en la calle. Siempre estamos al servicio de la sociedad y actuamos, aunque se corra peligro para nuestras vidas, donde nos demanden ayuda".

Mercedes escucha atenta el relato de José Francisco y no puede evitar emocionarse. "Se me saltan las lágrimas. Fue muy fuerte lo que padecimos y sufrimos. Estoy muy agradecida porque nos ha salvado la vida. Los daños en la vivienda no tienen importancia porque son materiales. Le agradezco que pueda seguir disfrutando de mi hijo Alberto. El soldado arriesgo su vida para salvarnos y eso no lo podremos olvidar nunca. Fue muy valiente porque las llamas y el humo había inundado todo".

La relación entre el militar y Mercedes y Alberto se ha intensificado tras el suceso. El niño no duda en demostrarle al soldado su afecto con toda clase de gestos cariñosos. Este hecho quedó demostrado durante este trabajo periodístico, llevado a cabo no solo en el patio de armas del acuartelamiento militar del Soria 9 sino en el interior del Mesón del Soldado. "A pesar de que el niño habla poco, cada vez que ve a José Francisco se le iluminan sus ojos. Es la forma de expresarle su agradecimiento por todo lo que hizo por nosotros. No lo conocíamos de nada antes del incendio, pero ahora mantenemos una buena amistad y ojalá continúa porque es una buena persona", señaló Mercedes.

El incendio sorprendió a Mercedes justo en el mismo momento en que comenzaba a duchar a su hijo Alberto tras haber pasado un día en la playa. "Al principio comencé a notar un olor fuerte a vinagre y pensé que procedía de la calle. Me asomé a la ventana y no observé nada. Entonces me puse a bañar al niño. Sin embargo, el fuerte olor continuaba y empecé a ver humo dentro de la casa. Me di cuenta que había fuego y comenzó a ponerse todo negro. El ambiente era irrespirable. Entonces pedí auxilio por la ventana y vino corriendo el soldado y otro joven", afirma la mujer.

Explosión

El origen del fuego se inició en el termo eléctrico y afectó inmediatamente a la cocina. "Tiré de una patada la puerta y comencé a separar los electrodomésticos para que no fueran afectados por el fuego. Por la ventana, tiré la sanwichera y el microondas. Luego, comencé a sofocar el fuego con baldes de agua que me dejaban los vecinos y con algunas mantas. La verdad es que la situación se fue complicando poco a poco, pero quería ayudar a esta familia para que no perdieran todas sus pertenencias", argumentó el soldado Gutiérrez.

Uno de los momentos más difíciles se produjo cuando el militar intentó acercarse al calentador de agua que se encontraba en llamas. " Mi intención era retirarlo de la cocina para evitar que se propagara el fuego. Cogí unas mantas empapadas de agua porque estaba caliente y en ese instante explotó cuando lo tenía entre mis manos, produciéndome quemaduras", reconoció el militar.

José Francisco ha recibido numerosas felicitaciones tras hacerse publica su heroica actuación. Desde el coronel del Regimiento de Infantería Soria 9, Juan Carlos Royo Martínez, como sus mandos y compañeros han querido agradecer su gestó solidario. También destaca la llamada telefónica "del teniente coronel Norberto Ruiz, del Departamento de Comunicación del Ejército de Tierra que se ha interesado en diversas ocasiones por mi estado de salud. La verdad es que no tengo palabras de agradecimiento para todos ellos".

El soldado Gutiérrez se ha ganado la admiración de todos, de militares y civiles. Sin lugar a dudas, una acción heroica merecedora de medalla.