Ocho etapas y 320 kilómetros a sus espaldas. Los participantes de la Vuelta a Fuerteventura en Kayak concluyeron ayer su aventura tras disfrutar durante varias jornadas de una experiencia única donde el deporte y la naturaleza se convirtieron en los principales protagonistas. Un total de 38 palistas llegaron ayer a la bahía de Puerto del Rosario donde fueron acogidos con un caluroso acogimiento.

A la llegada a la Escuela Náutica Insular se encontraba esperando a los palistas no solo numerosos amigos y familiares de los mismos, sino el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera o el alcalde de Puerto del Rosario, Marcial Morales, entre otras autoridades.

También se le tributo un especial recibimiento a los ocho palistas de fuera de la Isla que participaron este año en la prueba, desplazados especialmente hasta Fuerteventura desde Navarra, Vitoria, Madrid, Gran Canaria y Tenerife. Entre los participantes foráneos destacó la presencia de José Manuel Herrero, presidente de la Federación Alavesa de Piragüismo.

La octava y última etapa de ayer se completó en un ambiente festivo entre toda la comitiva. Tras partir a primera hora de la playa de Pozo Negro, y realizar un pequeño descanso para comer en la playa de El Castillo, ambos enclaves pertenecientes al municipio de Antigua.

Además de su vertiente deportiva y de actividad física, la Vuelta a Fuerteventura en Kayak conlleva también un importante componente de promoción turística . A lo largo de los años, cientos de participantes procedentes de clubes de piragüismo españoles e incluso de varios países europeos han vivido la experiencia, llevando de vuelta el nombre de Fuerteventura a sus lugares de origen

La prueba finaliza tras ocho intensas jornadas de remada, en que los participantes han podido descubrir parajes inexplorados, imposibles o muy difíciles de visitar desde tierra, como las cuevas de la costa de Tindaya, Playas Negras, las calas del Parque Natural de Jandía, los riscos de La Entallada y Pozo Negro, los dificultosos pasos por la Baja del Griego y Punta Percebe, entre otras zonas cuya belleza mágica.

Esta prueba "es un evento participativo donde lo más importante no es quien llega primero, sino disfrutar de una experiencia deportiva basada en la convivencia", señaló el presidente del Cabildo majorero, Mario Cabrera. Además, añadió, que " a nivel personal, conlleva también una enorme satisfacción, por el esfuerzo que requiere completar un recorrido tan exigente con la sola fuerza de los brazos y en ocho etapas consecutivas de navegación".

En el acto de clausura que puso fin a la vuelta, se hizo entrega de un obsequio en reconocimiento a su participación a todos los palistas que, en tramos concretos o en la totalidad del itinerario, han tomado parte en el evento

El consejero insular de Deportes, Antonio Mesa, reconocer el mérito de los participantes, así como el trabajo de toda la organización. "Todo el personal de la Escuela Náutica Insular y del Departamento de Deportes ha realizado nuevamente una magnífica labor, tripulando las seis embarcaciones de apoyo que velaron en todo momento por la seguridad de la expedición y coordinando la logística necesaria en cada desembarco en tierra", trasladó.

Desde la Delegación Insular de Piragüismo, Antonio Salmerón felicitó especialmente a todos los clubes majoreros que han estado presentes en esta edición de la vuelta, el Club Náutico de Fuerteventura, el Club Deportivo Piraguamar, el Club Deportivo Herbania y el Club de Regatas Fuerteventura Isla del Viento. Varios de estos clubes se valen de la Vuelta como una magnífica oportunidad para preparar futuras competiciones".

La organización de este evento corrió a cargo del Cabildo de Fuerteventura que contó con la colaboración de numerosas entidades y colectivos para poder dar cobertura logística y de seguridad a los participantes. Un total de ocho lanchas neumáticas se encargaron durante todo el recorrido de apoyar a los palistas y proporcionarles todos los cuidados que requerían.