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Personajes populares Cita con nuestra gente

Casimiro, rey del timple

Domingo Rodríguez 'El Colorao' tributa un homenaje al célebre músico de Fuerteventura

Casimiro Camacho (derecha) tuvo el detalle de acompañar a la guitarra al timplista Domingo Rodríguez 'El Colorao'. G. FUSELLI

Fuerteventura se volcó en el homenaje al maestro del timple Casimiro Camacho López (Lajares,1932). No faltaron a la cita afamados folcloristas y parranderos de otras islas del Archipiélago, que no quisieron perder la oportunidad de compartir la ocasión y mostrar el reconocimiento a una leyenda del folclore canario. Entre ellos, destacó la presencia de la cantante herreña María Mérida, cercana a cumplir 90 años, y que en 1953 acompañó a Camacho en su debut musical en el Teatro Pérez Galdós.

La iniciativa del homenaje fue del también timplista majorero Domingo Luís Rodríguez El Colorao, que a través de su programa P´a la Cantina, que se emite en Tindaya Televisión, quiso tributar su profundo reconocimiento a un mítico del timple.

Los folcloristas Juan Valerón (Gran Canaria), José Vicente Pérez y Colacho Toledo (Lanzarote), Juan Carlos Pérez (La Palma), Ana Hormiga (Tenerife), Julia Rodríguez y Alejandro de León (Fuerteventura), entre otros, dejaron su estala de calidad a través del timple, la guitarra y la voz. Una trilogía perfecta en una noche memorable del folclore canario.

El acto estuvo plagado de emociones encontradas, no solo cuando el propio Casimiro Camacho, timple en mano, acompañó a María Mérida en una folia, sino cuando la célebre cantante lanzó a los asistentes una frase: "que el folclore no muera". También tuvo palabras de elogio al timplista majorero. "Casimiro es la persona más sencilla y humana que yo he conocido en estas tierras. Tiene un corazón muy grande", apuntó Mérida.

Casimiro aportó al timple un estilo propio, no solo en el rasgueo sino en el punteo "inigualable, dándole una acentuación y rítmica singular", apunta su biógrafo Elías Rodríguez, que ha recogido en una publicación, que todavía no ha visto la luz, la historia de este afamado timplista insular.

La música de la tierra ha ocupado un lugar destacado en la vida de Casimiro Camacho. En su casa de Lajares, pueblo de grandes parranderos, su padre Pedro Camacho lo inició en la música tradicional y posteriormente sería el timplista Antonio Chocho quien comienza a enseñarle los conocimientos del instrumento. Con tan solo nueve años participa tocando en los bailes de cuerda en La Oliva, El Roque, El Cotillo o Lajares.

Casimiro recuerda con orgullo y dosis de satisfacción cómo fueron sus primeros contactos con los instrumentos de música. Casimiro siempre cuenta la historia de como comenzó a tocar la guitarra: "Mi padre tenía una guitarra y la guardaba en un ropero bajo llave. Yo, cuando él no estaba, desclavaba el ropero por detrás y cogía la guitarra comenzando a tocar e intentando reproducir los toques que había escuchado interpretar a mi padre". También, añade el músico, "cuando llegué a reproducir la isa majorera tuve una de las mayores satisfacciones de mi vida. Hecho esto, volvía a colocar la guitarra en su sitio y a clavar de nuevo el ropero".

También cuenta que fabricó una hucha con una lata de leche condensada donde iba depositando sus ahorros, "perra a perra durante un año, con el fin de comprarme un timple conejero. Cuando conseguí 50 pesetas pude comprarme mi primer intrumento".

Camacho se instala en 1952 en Gran Canaria para estudiar música y un año más tarde lleva el timple no solo a la Península, sino al extranjero. Viajó por Madrid, Barcelona, Italia y Francia, entre otros países, dando a conocer su arte con el citado instrumento canario. En 1974 se instala en Fuerteventura, donde actúa en hoteles y restaurantes, al tiempo que comparte la música con su faceta de profesor de timple y guitarra. También ha destacado en la caza y la pesca.

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