Los guardias civiles del Puesto de Morro Jable que fueron detenidos el pasado martes manipulaban presuntamente los atestados policiales y los informes de detenciones, al margen de cometer supuestos delitos contra los derechos de los detenidos, entre otras irregularidades.
Los tres apresados en la isla majorera, identificados como Pedro G. V., Benjamín G. M. y Oliver L. B., comparecieron ayer ante la juez titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Puerto del Rosario, María Luisa Casado López, pero se negaron a declarar y mantuvieron silencio sobre las acusaciones. La juez decretó su libertad con cargos y se inhibió a favor del Juzgado número 1 para que continúe con la instrucción del caso. Les acusa de un delito de detención ilegal, falsedad documental y contra los derechos constitucionales. Deberán presentarse en las dependencias judiciales los días 1 y 15 de cada mes.
La Guardia Civil estableció un fuerte dispositivo de seguridad en torno a los detenidos. A bordo de un furgón policial y custodiados por dos vehículos del instituto armado, una docena de agentes de distintas unidades protegieron a los detenidos hasta la entrada al recinto judicial. Mientras dos de los agentes apresados eran conducidos por sus compañeros, uno de ellos lo hizo por su propio pie.
Varias unidades del instituto armado venían trabajando desde hace meses en esta operación policial que se ha saldado, hasta el momento, con cinco detenciones, tres en Fuerteventura y dos en la Península. Las pesquisas continúan abiertas y no se descartan nuevos apresamientos tanto en Fuerteventura como en otras provincias españolas.
Los agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial y el Grupo de Información, apoyadas por la Unidad Central de Operaciones y el Servicio de Asuntos Internos, tras la amplia información recabada, procedieron a la detención en la isla de los mencionados agentes adscritos al Puesto de Morro Jable. Por otra parte, en Pontevedra fue apresado el sargento Carlos C. V., que durante años desempeñó el puesto de jefe del Puesto en Morro Jable, mientras que otro agente fue arrestado en Albacete y cuya identidad no ha trascendido.
Los vecinos de Morro Jable no se sobresaltaron ayer al leer la noticia de las detenciones de los guardias civiles en LA PROVINCIA/DLP porque era 'voz populi' las actuaciones irregulares en el comportamiento de los funcionarios de la Benemérita. "Aquí todo el mundo sabía como se las gastaban este grupo de guardias, lo que hacían, como amedrentaban a los vecinos. Si la cogían contigo, mejor era cambiarse de residencia porque te perseguían", aseguró, ayer, un vecino de Morro Jable que pidió mantener el anonimato "por razones de seguridad. No quiero problemas", señaló.
El llamado 'Grupo de Carlos' conformado por varios agentes que trabajaban de paisano "hicieron un uso inadecuado de sus condiciones de Guardias Civiles e impusieron su poder en la citada localidad turística", señalaron a este periódico fuentes cercanas a la investigación.
Las denuncias por agresiones, detenciones ilegales, y falsificación de atestados e informes policiales fueron presentadas por diversos vecinos. Uno de los casos más llamativos fue el de súbdito mauritano Mohamed Lemine, que denunció que el sargento de la Guardia Civil por haberlo agredido y humillado. Sin embargo, en el juicio no se presentaron los testigos en dos ocasiones y el juez terminó archivando la causa.
Hace al menos dos años que se iniciaron las pesquisas policiales, tras las numerosas denuncias y la intervención de los teléfonos de los principales sospechosos, se produjo la operación.
