Unos cazadores de Gran Tarajal encontraron el pasado domingo el cuerpo de Aurelio Plasencia Martín, el anciano enfermo de alzhéimer que desapareció de su domicilio de Giniginamar, municipio de Tuineje, el pasado 28 de noviembre. Sin embargo, el levantamiento del cadáver no se produjo hasta ayer a primera hora de la mañana.

La desaparición de Aurelio, que contaba 79 años, se produjo en una jornada abrazada por un fuerte temporal de viento y lluvia. A pesar de ello, se activó un amplio dispositivo de búsqueda de las diferentes cuerpos de seguridad y vecinos cuyos resultados fueron infructuosos por encontrar al anciano. Incluso, se sumaron a las operaciones de localización un helicóptero de la Guardia Civil y dos perros especializados en la búsqueda de personas.

Sin embargo, el cadáver del anciano se encontró a escasos 500 metros del casco urbano de Giniginamar, el mismo pueblo donde residía desde 2005 este hombre, natural de La Gomera, que decidió venirse con su mujer, Carmen, a residir en la isla, donde vive desde hace años su hija Paula.

La familia y amigos se esforzaron al máximo durante los días posteriores a la desaparición para buscar a Aurelio. Desde Corralejo hasta Morro Jable, en pozos, casas abandonadas y parajes desiertos. No hubo manera de encontrar ningún rastro del anciano.

La familia había celebrado el pasado mes de febrero una misa de despedida. "Nos sirvió de terapia esta eucaristía. Incluso tiramos ramos de flores al mar porque nos habían dicho que entró en el pueblo y se fue a la playa. Pensamos que se había ahogado porque en su demencia no distinguía los peligros", señaló una fuente cercana a la familia.

Uno de los familiares identificó el reloj y la ropa que llevaba el cadáver, aunque sus zapatos estaban un poco más alejados del cuerpo.

Carmen, su esposa, sus tres hijos y la familia de Aurelio esperan ahora que les entreguen el cuerpo, aunque deberán esperar unos días por los resultados de las pruebas del ADN.