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Los frutos canarios del festival étnico

A la espera de que se resuelva el enigma de si el Womad sigue en Fuerteventura, vuelve a Las Palmas de Gran Canaria, el festival que acabó ayer en Gran Tarajal deja un resultado positivo para la escena musical local

El grupo Afriquoi durante la madrugada del domingo.

A la espera de que se resuelva el enigma de si el Womad de Canarias sigue en Fuerteventura, vuelve a Las Palmas de Gran Canaria, se marcha a otra isla o se queda en el limbo, el festival que acabó ayer en Gran Tarajal deja un resultado positivo para la escena musical local. Si en los primeros años se colaba algún grupo de música folclórica canaria o de pop-rock para no quedar mal con las autoridades contratantes, en esta edición se ha comprobado que el espíritu Womad ha creado cantera entre los artistas isleños y han surgido bandas que exploran los ritmos étnicos sin ningún complejo.

Este fin de semana se han subido al escenario del Womad cuatro grupos canarios, Red Beard, Limando, OnoFreeFadar y Maldito Ramírez. Seis si se tiene en cuenta que el combo barcelonés La Sra. Tomasa tiene dos miembros de las Islas -el grancanario Alberto Limiñana y el tinerfeño Paulino Domínguez- y que el ex Fun-da-mental D.WattsRiot está afincado en Tenerife.

Si en el primer día quedó la duda de lo que hubiese triunfado Red Beard en un horario con más público, OnoFreeFadar y Maldito Ramírez encontraron mucha más gente el sábado y no perdieron su oportunidad de conectar con actuaciones sobrias, muy profesionales, casi a la altura de algunos de los artistas foráneos.

La segunda jornada de conciertos ofreció una mayor diversidad de estilos, fiel a la filosofía Womad, y concluyó con una descarga de la banda multiétnica Asian Dub Foundation, una apuesta segura de este festival -es la tercera vez que pisa territorio isleño- aunque ya no tenga la intensidad de sus comienzos. Su mezcla de hip hop, punk-rock, reggae, electrónica y ritmos orientales congregó a unas 20.000 personas frente al escenario principal y a lo largo del paseo marítimo de Gran Tarajal, en la mayor congregación de público que se recuerda en la playa majorera. No falló la fórmula y pusieron a danzar a la multitud desde los primeros acordes, aunque también hubo momentos de sosiego para el lucimiento del flautista o los mensajes en contra del racismo y la violencia. Entre los espectadores de Asian Dub Foundation, abriéndose hueco para llegar a las primeras filas, estaban los miembros del grupo Afriquoi, que se habían bajado minutos antes del escenario B tras ofrecer uno de los conciertos más originales de esta edición, con un duelo de larga duración entre kora y guitarra sobre samplers y percusiones africanas. Nadie en las primeras filas pudo resistirse a bailar y a seguir las coreografías del enérgico cantante.

Otras sorpresas agradables del escenario chico fueron los británicos Spiro, con un folk de raíces celtas muy bien ejecutado -fue un oasis en medio de tanta tralla-, y la cantante de Zimbabwe Eska, de una voz cálida y portentosa. Dejó para cerca del final el Satisfaccion stoniano, en la versión mecánica de Devo, y alegró la fiesta en la arena.

Amparo Sánchez, otra que repetía -estuvo en el Womad de Maspalomas en la época de Amparanoia- y Baloji completaron el cartel del sábado y cumplieron con las expectativas. Ahora, a esperar qué pasa con el Womad.

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