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Entrevista a Pablo Unamuno

"Estoy seguro de que Fuerteventura fue patria espiritual de mi abuelo"

"La familia siempre recordó la gran acogida que tuvo mi abuelo en la Isla y la miseria que vio aquí", afirma el nieto de Miguel Unamuno

"Estoy seguro de que Fuerteventura fue patria espiritual de mi abuelo"

¿Qué sensaciones ha vivido al llegar de nuevo a Fuerteventura, isla del exilio de su abuelo Miguel de Unamuno y a su Casa Museo de Puerto del Rosario?

Me ha encantado volver a este lugar tan maravilloso, tener la oportunidad de participar en la Cátedra Cultural Miguel de Unamuno y hablar sobre la ciudad de Salamanca, donde mi abuelo desarrolló toda su carrera como escritor. Yo por supuesto no conocí a mi abuelo murió en 1936. Tuvo 13 nietos, soy el más pequeño de todos ellos, pero desde niño paseando con mis padres por la calle y luego en mi juventud y de adulto siempre he recibido el cariño de todas las personas que tuvieron contacto con él, siempre me hablaban de su gran personalidad y de su vida. Ahora quedan que yo sepa dos personas que tuvieron contacto con él y siempre me cuentan la misma anécdota y me encanta escucharla año tras año. Crecí en las calles en las que paseó mi abuelo, los bares que frecuentó y siempre cuando me conocían me contaban anécdotas de mi abuelo, algunas serán mentira otras sé que son ciertas. Luego he desarrollado mi carrera profesional de medicina como dermatólogo en Salamanca y es mi ciudad.

A pesar de su corta estancia en Fuerteventura el escritor dejó una profunda huella. ¿En su familia se hablaba del tiempo que pasó en esta isla canaria?

Sí, siempre se mencionó la hospitalidad con la que fue recibido en Fuerteventura, en 1924 en momentos complicados por el exilio, pero siempre destacó la generosidad y sencillez de todas las personas de aquí. Los amigos que hizo, en especial Castañeyra y recordó la miseria, la pobreza que vio y su contacto con el paisaje de la Isla. Hay una frase de él que decía "el hambre no razona" la dijo en alusión al hambre que pasó la gente de Salamanca y los pueblos, tierra de cereales pero que en 1917 se enviaba casi en su totalidad fuera en la Primera Guerra Mundial. Aunque nació en Bilbao, y al bochito le tenía un gran cariño de Salamanca decía que fue su patria espiritual pero estoy seguro de que Fuerteventura también fue para él su patria espiritual. Seis meses de estancia en la Isla de una vida de 72 años no es nada, pero que fueron muy importantes.

¿Su padre Pablo Unamuno Lizarraga, el segundo de sus nueve hijos también estuvo en Canarias?

Sí, estuvo en Canarias cuando salió de Fuerteventura a París, y lo esperó en Gran Canaria con el deseo de verlo y saber cómo se encontraba aunque en sus cartas siempre mandaba a mi abuela y a toda su familia y amigos un mensaje tranquilizador de que se encontraba muy bien. Llegó incluso en la Isla a formar sus tertulias, realizar sus paseos, tuvo mucho contacto con la gente. Me parece maravilloso que en esta isla mantengan esta Casa Museo tan bonita y entrañable para toda mi familia. Yo ya la había visitado con anterioridad y familiares míos también han estado.

Una de las anécdotas que cuenta es la de la pluma.

Sí, hay una que me contó mi tía que sé que es cierta. En un encuentro en el cuartel de la Guardia Civil con un vecino que acudió con una escopeta de caza, para un permiso o algo así. Mi abuelo sacó una pluma de escribir y dijó: "esa no hace nada, ésta sí que hace daño" en alusión a la pluma. En Salamanca publicó miles de artículos en prensa, y reunió una obra muy abundante para un hombre que tuvo cargos importantes como Rector de la Universidad de Salamanca, y se cuenta que se enteró por la prensa de su destitución, y otros cargos en las instituciones. Escribió contra corruptelas, abusos de poder, fue un liberal, defensor de los derechos de las personas. Imagino lo que hubiera escrito en la actualidad con todo lo que está sucediendo en las instituciones y la vida pública.

¿Cómo cuenta la familia el regreso de su exilio?

Fue muy importante, la familia lo añoraba mucho. Para él su mujer, mi abuela fue el amor de su vida. Se conocieron desde niños haciendo la comunión y él quería regresar a casa. En casa se contaba que cuando atravesó el río Bidasoa, frontera entre Francia y el País Vasco, en el pueblo de Fuenterrabía había una multitud de público agolpada, aunque luego se supo que ese día hubo un partido de fútbol. Por supuesto sus amigos lo estaban esperando, hicieron una parada en Bilbao y llegó a Salamanca, donde fue recibido con todos los honores, muy arropado por la población. En la familia tuvo tiempo de pasear a sus primeros nietos y aunque trabajó mucho cuando sus hijos eran pequeños contaban que le gustaba tirarse al suelo con ellos y jugar a las palabras encadenadas.

Aunque ha repasado toda la vida de su abuelo en Salamanca hay una frase dedicada a Gredos que recuerda de su exilio.

Sí, Miguel de Unamuno fue Poeta Mayor de Gredos. Cuando le preguntaron sobre la belleza de otras ciudades. ¿Ha visto usted algo más hermoso?. Él respondió: sí, Gredos. No sé si la dijo en París o en Fuerteventura: "Al Dios de la España que tiene su trono en Gredos". Introducción al soneto número 76 de su obra De Fuerteventura a París de 1925.

¿Son muchos los homenajes a Miguel de Unamuno en Salamanca?

Sí, siempre lo están recordando y en el 75 aniversario de su muerte se organizaron en Salamanca numerosos homenajes. Yo estuve en todos y fue agotador, pero queda el cariño y reconocimiento de la gente hacia este gran escritor.

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