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El maestro que volvió a Neruda

Liborio León recibe el Premio Viera y Clavijo de Educación tras 39 años de docencia en colegios en los que había alumnos de 20 nacionalidades diferentes en Puerto del Rosario

Liborio León Lima en el colegio Pablo Neruda de Puerto del Rosario, donde ejerció como docente. GABRIEL FUSELLI

Liborio León Lima (Casillas del Ángel, 1954) lleva la vocación de maestro en su magnífico carácter, amabilidad, humanidad, en su pensamiento y en su corazón. El curso pasado la jubilación le llegó casi de repente tras 39 años de docencia y se siente orgulloso de su experiencia y su trayectoria profesional.

Hijo de Liborio y Rosario tiene tres hermanos, y dos Liborio y Suso son maestros el otro se decantó por el sector turístico. Cuando comenzó su carrera en la Universidad de Las Palmas en 1973 no podía imaginar la dilatada carrera profesional que le esperaba. Terminó en el 75 y siempre quiso ejercer su profesión en Fuerteventura. "Fui maestro en el colegio Millares, en la unitaria del Valle de Santa Inés, dos cursos, que era un ambiente muy entrañable y en el colegio de Antigua de 1984 al 89", recuerda con mucho cariño. De Antigua -añade- siempre destaco el ambiente tan familiar, tan amable, la colaboración de los padres y el buen ambiente en el pueblo.

Sin embargo, su centro de referencia y donde ejerció más años como maestro fue el colegio Pablo Neruda de Puerto del Rosario.

Otro centro que nunca olvidará y donde pasará a la historia como el maestro de los Reyes de España es el Francisco Navarro Artiles. "La Consejería nos ofreció poner en marcha el colegio en el curso 2003/04 a Loli Armas, Juanjo Fraile y a mi. Así los tres nos embarcamos en aquella aventura que resultó muy satisfactoria y en la actualidad Loli sigue de directora", explica.

Este majorero fue el director de este nuevo centro portuense y la anécdota surge cuando Canarias fue nombrada la comunidad para inaugurar el curso escolar 2005/06 y se elige su colegio Francisco Navarro Artiles de Puerto del Rosario para el acto del comienzo oficial del curso nacional con la presencia de Don Juan Carlos y Doña Sofía. "Fue un acontecimiento que mucha gente recuerda en Puerto del Rosario con la visita oficial de los Reyes por la capital. Todas las instituciones se implicaron con los preparativos, recuerdo las medidas de seguridad de la Casa Real y los escasos medios y recursos del colegio que fue elegido porque reunía a unas 20 nacionalidades distintas, sobre todo de Sudamérica como sucedía en otros colegios de Fuerteventura", reflexiona Liborio.

"Se abrió el colegio con la necesidad de infraestructuras educativas que había en aquel momento, y la multiculturalidad fue evidente. Recuerdo que los Reyes hablaron de la integración, de la diversidad y de la importancia de la educación no sólo para la docencia sino para la convivencia".

El día exacto de la visita de los Reyes fue el 19 de septiembre de 2005 y una curiosidad que trascendió entre los vecinos fue la cercanía que manifestó al reina Sofía que llegó incluso a probar la comida del colegio. "Recuerdo las fotos que se hicieron aquel día de toda su visita por el colegio, el acto oficial en el salón de plenos y el interés de muchos padres por asistir, que era pequeño teníamos unos 150 alumnos, pero había invitaciones y estuvieron los representantes de los padres porque las medidas de seguridad fueron extremas y el aforo era limitado", rememora el maestro. Además, como director tuvo la oportunidad de conversar con los Reyes de España y "se me quedó grabada la cercanía de la reina Doña Sofía, con los profesores, con los niños y su interés por conocer todos los detalles, el patio, las aulas y el comedor.

Después de varios años de Comisión de Servicios en ese colegio a Liborio se le plantea la duda de regresar al CEIP Pablo Neruda del barrio de Fabelo de la capital o quedarse en el nuevo del barrio de Majada Marcial. "Tomé la decisión de regresar a mi plaza del colegio Pablo Neruda, más grande y sin saber bien los motivos regresé y en este centro ya me jubilé el pasado curso", apunta. La jubilación le llega por sorpresa ni había reparado siempre en las aulas y con deseos de emprender nuevos proyectos. "Me podía jubilar y fue una sorpresa. El curso pasado lo medité, y decidí retirarme porque considero que 39 años de docencia son suficientes y supone una oportunidad para hacer otras cosas en la vida" desvela contento.

Liborio se casó joven con la majorera Antonia Brito cuando aprueba sus oposiciones en 1980, tuvo tres hijos. La primera Guasimara siguió sus pasos y estudió Magisterio en Ávila, e Idaira que hizo Nutrición Humana y Dietética en Granada. Y el tercero Jonay se fue por la rama de la electricidad con cursos de Formación Profesional en la Isla y en Tenerife. "Soy muy partidario de que los jóvenes salgan a estudiar y a formarse a la Península, y fuera incluso. Todas las vivencias de los estudiantes durante esos años son una gran escuela para su vida que se complementa con los estudios", analiza como profesor.

A la familia

Una dilatada trayectoria profesional que ahora culmina con un regalo inesperado para Liborio como es la distinción del Premio Viera y Clavijo de la Consejería de Educación. Los premiados en esta edición han sido diez docentes, de las siete islas las islas, una orden firmada por la consejera de Educación Soledad Monzón este mes de febrero.

El galardón más importante en este área en Canarias y que fue creado en octubre del año 2000 para reconocer la labor de maestros y profesores de la enseñanza no universitaria.

"Para mi es todo un honor, yo agradezco mucho este premio porque mi vida siempre ha estado en las aulas y seguro que son muchos los maestros que lo merecen igual que yo este homenaje y estoy encantado. Se lo dedico a mi familia y a todos los profesionales que ejercen este trabajo tan bonito" afirma el majorero.

Liborio es un ejemplo incluso de que el enseñante siempre quiere aprender y tiene curiosidad e inquietudes porque con su jubilación no se ha quedado en casa y ya se ha matriculado en el curso de Estudios Africanos del programa Peritia y Doctrina de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. "Ha sido un gran descubrimiento me encantan el curso, la metodología y el planteamiento de aprender con debates y sin obligaciones de estudiar grandes tomos sino con lecturas para personas mayores", agrega entusiasmado con sus nuevos proyectos educativos.

"Un programa que me parece muy importante y necesario para muchas personas que quieren estudiar para ampliar conocimientos y otros que no tuvieron oportunidad de estudiar y ahora pueden formarse en la Universidad destinada a adultos" sentencia.

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