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Los alcaldes no atajan las cabras

El ganado suelto provoca daños a los cultivos y la biodiversidad por el desinterés de los ayuntamientos

Los alcaldes no atajan las cabras

Las cabras continúan campando a sus anchas por todo el territorio de Fuerteventura, sin ningún tipo de control y causando graves daños a la biodiversidad ante la desidia de los políticos municipales que no quieren afrontar una situación que se repite históricamente para no enfrentarse a los ganaderos y garantizarse un puñado de votos. Los municipios majoreros de Betancuria, Antigua y Puerto del Rosario son los más afectados por la voracidad de unos animales que pastan de manera incontrolada durante los 365 días del año.

La cabra ha jugado un papel importante en la vida del majorero. Sin embargo, también representa una de las mayores amenazas para algunas especies endémicas poniendo en peligro la valiosa flora y vegetación que atesora Fuerteventura, al margen de los cuantiosos daños a fincas privadas y de provocar la aceleración de la desertificación por su impacto directo sobre el territorio insular.

En Fuerteventura se practica varios tipos de ganadería. La de costa, donde los animales se mantienen desde tiempos inmemorables en zonas eriales e improductivas en zonas del macomùn; el ganado estabulado dedicado a la producción lechera; y las cabras que pastan libremente y sin ningún tipo de control.

El anuncio de algunos Ayuntamientos, que cuentan con ordenanzas sobre reses mostrencas y del registro de marcas ganaderas, de comenzar a establecer controles sobre el ganado suelto, ha sido acogido con escepticismo por los vecinos, especialmente por los propietarios de fincas y agricultores. "Esto es un problema que venimos sufriendo desde hace años. Los políticos no quieren enfrentarse a los ganaderos y miran para otro lado ante los daños de las cabras a nuestros cultivos y fincas. Lo que no es de recibo es que el comisionado de Betancuria sea uno de los causantes porque está protegido por el alcalde", señala un vecino de Vega de Río Palma que pidió el anonimato "para evitar represalias".

Las ordenanzas municipales establecen sanciones por infracciones leves, graves y muy graves. Las multas pueden oscilar entre los 30,05 euros hasta los 15.025,30 euros, según califiquen la sanción.

El Ayuntamiento de Antigua ha anunciado recientemente, a pesar de disponer de una ordenanza desde 2012, que reactivará la misma para frenar los daños de los animales y señala como zona roja el pueblo de Triquivijate donde cientos de cabras deambulan sin control y ponen en peligro no solo la seguridad de los conductores sino que provocan daños en cultivos.

En Puerto del Rosario las principales zonas afectadas por el ganado suelto se localiza en Tefìa, valle de Tetir, El Sabio y la Solana de Casillas. Sin embargo, el Ayuntamiento capitalino no adopta medidas para erradicarlo ante la falta de medios.

A tiros

El Ayuntamiento de Betancuria publicó el pasado mes de enero un anuncio, reproducido en esta página, donde el alcalde alertaba a los vecinos que de no recoger el ganado suelto se utilizaría formulas "como ha realizado el Cabildo de Gran Canaria en fechas recientes....", en referencia al sacrificio de los animales a través de tiradores profesionales. Sin embargo, todo se quedó en una simple advertencia porque las cabras continúan dañando las fincas.

El Cabildo majorero ha comprometido ahora a colaborar con los ayuntamientos para acabar con los daños de las cabras. Pondrá a disposición un recinto para recluir a los animales capturados.

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