Josefa Hernández Góez (Betancuria,1952), conocida popularmente como la abuela de Fuerteventura, todavía mantiene la mirada perdida, insomnio, y un estado permanente de ansiedad a pesar que han transcurrido casi nueve meses desde que estuvo prisionera en la cárcel de Tahíche por construir su casa en un espacio protegido. A pesar que la juez titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Puerto del Rosario, Cristina Sber Pinilla, decretó el archivo de la imputación de los delitos de desobediencia y vulneración de ordenación del territorio, se considera una cabeza de turco de la Justicia y pide a gritos poder regresar a su vivienda en Campo Viejo, municipio de Betancuria, de donde salió hace varios meses para que se produjera la demolición de la parte ilegal de la casa, que todavía no se ha producido.
El caso de esta vecina saltó a la luz pública tras la publicación de LA PROVINCIA /DLP de su ingreso en prisión de seis meses por edificar su modesta casa en el interior del Parque Rural de Betancuria. La abuela Fefa tuvo que ingresar en la cárcel durante cuatro días en agosto de 2015. Unos días más tarde, la Audiencia Provincial revocaba la decisión de la juez de no concederle la suspensión de la condena, justo un día antes de que el Consejo de Ministro le otorgara el indulto.
Sin embargo, la misma juez que la envió a prisión, María Isabel Quintero, le imputó dos nuevos delitos por desobediencia y contra la ordenación del territorio al recibir un informe del Seprona de que no sólo no había demolido la parte de la vivienda afectada sino que había construido un chamizo de madera de 12 metros cuadrados.
"Con esta sentencia se ha demostrado que no mentí a la Justicia. Que la choza por la que me denunciaron estaba construida desde hace 10 ó 12 años, antes de que el vecino me denunciara. Lo que ocurrió es que antes era de un color y la pintamos de otro para acondicionarla porque estaba muy deteriorada. Aquí instalé la cocina y el comedor para mis nietos y los hijos que conviven conmigo. No he cometido ningún delito por esta causa", señaló Josefa en la vivienda que le facilitó en régimen de alquiler el Gobierno de Canarias hasta que se proceda al derribo de la parte irregular de su modesta ¡casa.
"Si me hubieran hecho caso cuando llevé los papeles al Juzgado para demostrar que la caseta de madera estaba hecha antes de 2007 no hubiera ingresado en la cárcel. Nadie me quiso escuchar y solo recibí bofetones por todos lados. Ahora, esta jueza me ha dado la razón y reconoce que no dispongo de medios económicos para la demolición y que no he construido nada nuevo", apunta Josefa.
"Estoy contenta, pero a la vez rabiosa porque mi ingreso en prisión no fue justo. Cuantos hoteles, viviendas destinadas a negocio o centros comerciales al margen de la ley hay en Canarias y en Fuerteventura y no pasa nada. Yo tuve que construir mi casita para poder acoger a mis hijos y mis nietos. La verdad que este caso me tiene más muerta que viva. Ahora se me acaban los seis meses de la casa de alquiler del Gobierno" apuntó la abuela Fefa. Además, añadió, que "Aquí, en Puerto estoy como en la cárcel. Quiero que me dejen regresar a mi casa". También Josefa Hernández se deshace en elogios hacia su abogado, el joven majorero José de León.
