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Fiestas patronales en El Cardón

El Tanquito vuelve a la montaña

La patrona de El Cardón regresa al santuario de la cuevita entre cánticos, aplausos y mucha devoción - Los peregrinos de La Pared se unieron en la cima a los romeros para esta fiesta

Los vecinos de El Cardón llevan la Virgen del Tanquito al santuario de la montaña con música y devoción. GABRIEL FUSELLI

Los vecinos más madrugadores esperaban a las ocho de la mañana en las calles de la localidad de El Cardón la salida de la tradicional romería en honor a la Virgen del Tanquito. Entre ellos dos vecinos de El Time (Puerto del Rosario), Carmelo Pérez y Antonia Peña, que se levantaron al amanecer para trasladarse hasta la localidad sureña y participar en este alegre acto festivo.

"El año pasado vinimos por primera vez y nos gustó tanto que decidimos repetir este año porque la subida es muy agradable y es una romería muy familiar", aseguran, a pie de la montaña.

Alrededor de las nueve y media de la mañana comenzó la subida de la romería presidida por la Virgen del Tanquito, en brazos y hombros de los residentes. Acompañados de las familias del pueblo y las parrandas con timples, guitarras y un acordeón. Algunos llevaron el burro con las alforjas llenas de comida y bebida para la celebración y el pequeño almuerzo que se organiza en la cima.

El santuario se halla en la ladera oeste de la montaña, en la atalaya de El Castillo, al abrigo de un pequeño cantil con manantiales de agua naturales.

Un espacio casi mágico y muy bello que concentró ayer a una multitud de vecinos, en especial a los peregrinos de La Pared, que a la misma hora salen de sus hogares para reunirse con los romeros por la senda de la montaña.

Los más devotos son los que se arriman para cargar con la imagen de su patrona durante la caminata. Unos 700 metros por la senda serpenteante desde El Cardón hasta la cuevita.

El momento más esperado llegó sobre las once de la mañana cuando la Virgen entró en la cueva entre vivas y aplausos. Coplas, bailes, música y un almuerzo con productos de la tierra para disfrutar de este encuentro en este paraje natural.

"Para mí es un día muy especial, vengo con toda la familia porque vivo en el pueblo, y es muy alegre y lo celebro con devoción a la Virgen", asegura Loli López, que trabaja como cocinera en un establecimiento comercial del pueblo. Ella explica que según la tradición la Virgen apareció en la roca. "La romería tendrá unos 30 años, antes sólo varias familias subían a la Virgen a la cueva, se hacía una comida y regresaba a la iglesia", cuenta Loli.

Los jóvenes continúan con ilusión con su fiesta, y asisten con timples, guitarras y ataviados con la vestimenta tradicional e incluso con la bandera canaria.

"Hemos venido siempre, desde niños acompañando a la Virgen, y se vive con mucha alegría. Aunque este año en la salida había menos gente. Los rezagados se unirán luego al tenderete que se organiza arriba" asegura Edgar Curbelo, con la guitarra junto a sus compañeros.

Dos amigas que no querían perderse este acto tan especial son Cristina y Mar, de Tesejerague y Villaverde. "Somos de los dos puntos más lejanos, Norte y Sur , y estamos emocionadas. Hay mucho ambiente, aunque hace bastante calor por la montaña", destacan las jóvenes estudiantes que se han reunido para la ocasión. "Estamos en junio y hay exámenes pero nos hemos tomado un día de descanso para celebrar nuestra fiesta majorera", añaden. Una jornada inolvidable para los vecinos de Cardón y de los pueblos del sur de Fuerteventura, que se vive con intensidad y fervor religioso.

Para el transportista de Toto Manuel Gutiérrez fue su primera romería del Tanquito. "Me ha gustado mucho, es muy familiar, en un ambiente muy entrañable y muy emotiva. Los senderos son muy bonitos y la celebración arriba es muy divertida", afirma encantado Manuel. Como él son muchos los vecinos que acuden desde Antigua, Puerto y Morro.

Cuando el sol brillaba con fuerza, a mediodía, se inició el descenso hasta la iglesia de El Cardón, y su despedida hasta la próxima primavera.

La aparición

La tradición popular mantiene que hace un siglo se perforó una pequeña galería para propiciar la recogida de agua. También se construyó un tanquito para depositar el agua que emanaba del naciente de la montaña.

Los vecinos de los caserios cercanos subían a la montaña en busca de agua para beber cuando uno de ellos apreció la figura de la Virgen en la roca. A partir de ahí, se le puso el nombre de Virgen del Tanquito a la patrona, y desde principios de los 80 se comenzó a celebrar la romería hasta la cueva convertida en santuario.

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