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La Ampuyenta cae en el olvido

El conjunto histórico y patrimonial permanece clausurado tras la restauración y finalizaron las visitas guiadas - Los habitantes quieren revitalizar la zona con talleres culturales

El pueblo de La Ampuyenta recibe el verano de 2016 sumido en el abandono y el olvido. Los sueños de revitalizar su conjunto histórico se desvanecen y el silencio reinante se convierte en una losa sin futuro para los residentes.

Tras concluir con éxito el proyecto de restauración de la ermita de San Pedro de Alcántara, el Hospitalito, la Casa del Doctor Mena y la casa de Fray Andresito ahora sólo florecen los matos en los jardines de picón, se acumula el polvo y salen las humedades en las viviendas tras varios meses con las puertas cerradas.

El pasado 24 de octubre de 2014 se celebró un esperanzador acto inaugural que anunciaba un programa cultural de visitas guiadas en este complejo histórico-patrimonial que resultó tan breve y efímero como las flores de invierno. La representaciones históricas dejaron de celebrarse y los museos se hallan cerrados a cal y canto, sin mantenimiento ni personal.

Los turistas paran dan un pequeño paseo, algunos incluso preguntan a los propios vecinos sobre la historia o los horarios de apertura de los museos y se marchan decepcionados.

"Es una verdadera pena", aseguran los residentes. "El proyecto era muy interesante y se podían organizar exposiciones, conferencias en su interior y enseñar la historia de nuestro pueblo pero las autoridades enseguida se cansaron" explica el vecino Gustavo Cortes. "Con la excusa de que no hay presupuesto para contratar personal o que no vinen sufucientes turistas se cierran los museos. Para otras cosas el Cabildo se gasta un dineral pero para invertir en cultura, formación y revitalizar los pueblos nunca hay dinero", añade Gustavo, que pasea por los exteriores del conjunto histórico del pueblo, en el que reside desde 2008.

Por otro lado, con la ilusión de buscar un futuro para La Ampuyenta , un grupo de jóvenes residentes ha retomado la actividad de la Asociación de Vecinos, y exige la recuperación de espacio públicos para que se puedan impartir talleres y dinamizar la localidad." La idea es ofrecer alternativas de ocio, tiempo libre y cultura a los niños y a las familias que residen en este núcleo portuense, ya que La Ampuyenta siempre destacó por la actividad social y cultural alrededor de su escuela rural" explican los jóvenes. "Yo soy vecina del pueblo y recuerdo una infancia muy alegre en la Plaza, con actividades relacionadas con la escuela y la implicación de padres y maestros", afirma Yurena Cabrera. Ella asegura que "en la actualidad no hay nada para los niños por la tarde". Seguidamente reclama talleres de danza, teatro, clases de música y manualidades para las familias.

Ante la situación de abandono y falta de diálogo entre vecinos y autoridades la Asociación de Vecinos de La Ampuyenta organizó una reunión con el alcalde, Nicolás Gutiérrez, y el grupo de Gobierno del Ayuntamiento de Puerto del Rosario para exponer sus preocupaciones, y que explicaran las actuaciones que se ejecutan en la Plaza del colegio.

"Pedimos reparaciones y mejoras en el centro cultural y nuevos espacios públicos, pero han construido un inmueble, dos despachos para compartir con el colegio, y que no sabemos si servirá para algo", asegura Carlos Cabrera, portavoz de la asociación vecinal.

"En lugar de crear un espacio amplio y diáfano hicieron como unos despachos para el colegio, y tras un duro enfrentamiento y quejas vecinales, el alcalde se comprometió a prestarlo como centro polivalente", agrega Carlos.

Los habitantes de La Ampuyenta lamentaron que el Ayuntamiento imponga una obra nueva mientras el centro cultural se cae a pedazos, sin luz interior, sin baños decentes y muy deteriorado por el uso y el paso de los años.

"Además, se gastaron el presupuesto y no hemos logrado quitar esa valla exterior del colegio que afea el conjunto histórico, ni cerrar la Plaza y acondionarla para celebrar actividades y fiestas populares. El viento y el frío resultan insoportables en invierno y en lugar de avanzar retrocedemos", insisten los residentes.

Otra preocupación vecinal es el cerramiento de la Plaza para poder celebrar las fiestas patronales y actividades infantiles porque el viento sopla con fuerza.

Las quejas vecinales también están realacionadas con la falta de asfaltado porque todos los caminos para acceder a las viviendas son de tierra y el mal estado de las conexiones y tuberías de agua que se rompen continuamente.

"Medio pueblo no tiene luz y el otro no. La mayoría hemos invertido en comprar placas solares, gas depuradora, y depósitos porque el servicio de abastecimiento de agua es muy deficiente", asegura Gustavo Cortes.

"Considero que el pueblo está totalmente abandonado en el siglo XXI. En los últimos años hemos mejorado muy poco. No había conexión telefónica y tenemos internet y teléfono gracias a compañías privadas y antenas parabólicas porque nos lo pagamos de nuestro bolsillo", señala Cortes.

Los residentes también se quejan de la falta de infraestructuras en el campo, ya que no se levantan los trastones, ni se limpian los barrancos, "ni muros ni arreglan las gavias, y cada vez que llueve se inundan las viviendas".

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