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Entrevista

"El premio al mejor restaurante canario nos anima a seguir en esta dura etapa"

"La enfermedad del cáncer ha cambiado mi carta con una cocina más sana y que da libertad al cliente", manifiesta el chef Eric Bisschop

A la izquierda, el chef Eric Bisschop junto a Alexandre, sentado, enseñan el Premio Mejor Restaurante 2016. GABRIEL FUSELLI

¿Cómo reciben la noticia del Premio Mejor Restaurante de Canarias 2016 Mahou-La Provincia, y qué ha supuesto para Eric que estaba convaleciente?

Eric. Lo primero, un subidón, una alegría inmensa y piensas que es el reconocimiento a más de 30 años de trabajo en la cocina con un estilo muy personal y muy creativa. He recordado toda mi trayectoria profesional en restaurantes por Europa y ha sido un premio que nos ha hecho muy felices a los dos. Aunque es muy especial para mi tras detectarme un cáncer de huesos. En un año complicado para ambos: primero me fracturé la pierna y me detectan un cáncer que nos ha obligado a cerrar el restaurante cuatro meses. Un jarro de agua fría y me centré en mi recuperación. Por eso este premio me anima mucho en esta dura etapa de la vida y ha supuesto una inyección de renovación, y seguir adelante con lo que más nos gusta en la vida.

¿La enfermedad de Eric ha cambiado algo en la exquisita carta y ambiente de Fabiola ?

Alexandre. En principio todo sigue igual, el cliente se siente muy bien con nosotros y nunca se quiere ir. A mi me gusta pintar crear nuevos espacios para agradar a nuestros clientes pero tal vez en la cocina de Eric ha cambiado algo. Hay una apuesta más por los alimentos y especies más saludables como incorporar cúrcuma, muchas verduras y siempre está investigando.

Eric. Creo que si tu vida cambia se nota en tu trabajo. Si comparamos un plato con un cuadro ahora te doy los materiales y te elaboras tu pintura. Si pides un pescado los acompaño con diferentes verduras, o salsas y eliges lo que más te gusta. La idea es que el cliente tenga una mayor libertad y experimente sabores y sensaciones. También estamos disfrutando de cada día porque no sabemos lo que ocurrirá mañana.

¿En 'Fabiola' se trabaja con ingredientes majoreros?

Eric. Por supuesto, se introduce la gastronomía canaria y tenemos mucha mezcla, tendencia francesa y japonesa. Nos trae la verdura una finca biológica de Betancuria, no faltan los tomatitos de Tiscamanita, las papas de aquí, el queso majorero, el tuno indio. Hay una chica que elabora chocolate. Siempre en una búsqueda constante con todo lo que surge y aparece en Fuerteventura. Buscamos mariscos y pescado de aquí, aunque también hay mucha demanda de carne, tal vez porque estamos en el campo y en el interior de la Isla y tenemos carne majorera como cabrito. Tal vez la fruta es lo más complicado para conseguir aquí por la sequía y los problemas de agua. Un plato nuestro es la sopa fría de marisco con leche de coco y curry. Ahora he introducido la col con naranja confitada y pimienta jamaicana.

Este restaurante destaca por la cocina tradicional. ¿Que opina de la cocina futurista con tantos aparatos y la transformación del producto como se ve en programas de televisión?

Eric. Está de moda ser cocinero, se busca ser famoso y creativo pero creo que no podemos perder la cocina tradicional la del sabor, recuerdo algo tan simple de mi infancia como las croquetas de papa que hacía mi madre. Si tienes un buen producto con tanta transformación y mezclas al final no sabes lo que comes. Creo que el verdadero cocinero es el que ama el producto original, y sabe donde está el equilibrio.

Alexandre. A mí me gusta la tradicional si tengo una exquisita fruta o pescado hay que saborearlo no me gusta tanta moda, que al final resta sabor.

Restaurante Fabiola abrió sus puertas en el año 1998. ¿Dos cosmopolitas llegados de Bruselas cómo han podido mantenerse tantos años en el interior de la isla de Fuerteventura, en el pueblo de La Ampuyenta, el campo majorero?

Alexandre. Con mucho trabajo y horas de dedicación a nuestros oficios. Llegamos con la idea de trabajar y disfrutar de un lugar tranquilo, cálido y los dos formamos un buen equipo. Han llegado a decir que nuestra casa y vida es un teatro pero me parece maravilloso. La vida es un teatro. Nos conocemos y combinamos muy bien, por ejemplo a mi me gusta pintar por la noche, y decoraba un espacio íntimo de la casa o terminaba un cuadro, y todo eso inspira a Eric que entra en la cocina y crea platos maravillosos.

Eric. Cuando llegamos en el año 1998 yo no había estado nunca ni en España, ni en Canarias. Había trabajado en restaurantes muy importantes en Montecarlo, París, Italia y Bélgica, y en esta última ciudad conocí a Ale. De allí nos vinimos a Fuerteventura por unos amigos para juntar nuestras dos pasiones, el interiorismo y la buena gastronomía. Creo que el secreto para mantenerse tantos años es la calidad, el trato agradable, el trabajo y renovarse. El cliente que vino en aquellos primeros años al Valle Santa Inés y que nos ha seguido en esta casa de La Ampuyenta ha visto nuestra evolución y nuestro esfuerzo. En la casa tenemos dos comedores uno más clásico y otro más modernista con el techo pintado con la flor de lis. Flores, lámparas, plata, cuadros y velas para disfrutar de una velada especial. Luego tenemos el salón para relajarse después de comer y tomar una copa con música y comodidad.

¿Fabiola es ideal para un aniversario y pedida de mano?

Alexandre. Sí, vienen muchas parejas para celebrar algo especial y es cierto que en estos 18 años hemos tenido muchas pedidas de mano. Recuerdo una petición e matrimonio a una chica que le gustaba mucho la flor de naranja y pidieron algo especial. Todo tenía que ser muy cálido y era pleno invierno. Decoré el salón todo adaptado a sus gustos y fue una experiencia inolvidable para ellos y también para nosotros. Fabiola es un espacio que enamora desde que entras con el estanque, se oyen las ranas, el viento, el silencio nocturno, el ambiente sano de campo. Es muy agradable y huele diferente en verano y en invierno.

Entre las joyas que decoran el salón está la dedicatoria y el autógrafo del director de cine Ridley Scott. ¿Comió en vuestro restaurante durante el rodaje de 'Exodus' en Fuerteventura?

Alexandre. Llamaron y reservaron mesa para varios miembros del equipo de rodaje. Acudieron a cenar Ridley Scott y la actriz española María Valverde entre otros. El director de cine fue muy cercano e incluso se levantó y entró en la cocina y charló con nosotros un rato. Le gustó mucho todo, disfrutó y nosotros no le pedimos nada. Al día siguiente vino una persona del rodaje y nos trajo un sobre con la dedicatoria y firma de Ridley. Dice que le gustaría venir a comer todas las noches a este restaurante tan especial y agradable. Fue una sorpresa y un gesto bonito.

Si tienen que salir a comer fuera. ¿Cuál es el establecimiento y comida preferida?

Alexander. Pues hemos ido al chiringuito de Pozo Negro a comer una paella, nos gusta todo lo que es casero, familiar y sin lujos. Somos bastante sencillos. También recuerdo un japonés que había en Corralejo.

¿Casi todos sus clientes son extranjeros?

Eric. No, tenemos muchos clientes extranjeros que nos conocen por amigos que regentan restaurantes en Brujas, en Bruselas, en París, en Italia, y también porque ha funcionado muy bien en todo este tiempo el boca a boca. Tenemos clientes que residen en Fuerteventura que acuden una o dos veces al año, y en agosto vienen muchos españoles porque buscan calidad y comer bien. De todo un poco. Alexandre. La web Tripadvisor también nos promociona pero creo que es bueno y malo porque ponen una crítica y pueden hundirte sin tener argumentos y no puedes responder.

¿Creo que la gran pasión de ambos son las plantas y los pájaros?

Alexandre. Para Eric la forma d e relajarse desconectar y disfrutar de la vida son los pájaros, el perro, las plantas, la naturaleza gracias al clima y la tranquilidad insular. A miíme gustan mucho también las plantas, disfruto con un paseo, dedico tiempo a pintar, dibujar y una buena charla y playa.

¿Sueñan con una estrella Michelín?

Eric. Aunque parezca increíble no es mi sueño porque tengo amigos que la han conseguido, pero obliga a invertir mucho en el restaurante para mantener el nivel, a contratar más gente y a una exigencia de calidad que al final es una gran responsabilidad. Pertenezco a esa generación de jóvenes cocineros europeos desde Bruselas, con compañeros con mucho éxito en Brujas o París y ese no es ahora nuestro sueño porque queremos tiempo para los dos.

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